El TEDxCórdoba 2016 dejó una jornada cargada de experiencias transformadoras

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Córdoba (28/11/16). El sábado pasado se llevó a cabo la sexta edición de TEDxCórdoba en el Pabellón Argentina (UNC). El evento, que fue conducido por Cruz Gómez Paz y Juan Manuel Lucero, contó con la presencia de más de 1200 personas.

Por su parte, el streaming, que en esta ocasión mostró un programa especial conducido por Mariano Cardarelli y Soledad Quiroga, fue visto por más de 5000 usuarios de distintas partes del mundo, una cifra que duplica la alcanzada en 2015.

#TEDxCórdoba fue tendencia en las redes sociales en Córdoba y en Argentina. Personas de diferentes partes del mundo subieron su selfie viendo el evento a través de la web de la organización.

Quienes se acercaron al Pabellón Argentina esperaban ser atravesados por las ideas, y eso se reflejó en los diversos momentos que tuvo la jornada: silencios, reflexiones, risas, lágrimas, emociones a flor de piel, momentos de distensión y momentos de conexión.

Sexta edición

Nora Gómez estuvo a cargo de la apertura. Como miembro de la Asociación Civil “El Ágora” disertó acerca de la ciudadanía, la “ciudadanía” (un concepto construido gracias a un error), el diálogo público y el camino para desterrar la violencia.  “El círculo, las redes, el arte y la palabra son herramientas poderosas para desterrar la violencia”, apuntó.

El segundo orador fue Pablo Sigismondi. Su charla giró sobre desterrar estigmas y prejuicios conociendo el mundo, viajando. “Viajar es abrir la cabeza, es entender que hay otro mundo”, expresó el fotógrafo como parte de sus aprendizajes tras viajar por más de 154 países.

Carlos García habló sobre la medicina personalizada, que permite evaluar el estado de salud de una persona sin necesidad de interactuar con el médico. “La gran ventaja de hacer medicina personalizada es que tiene el potencial de ser muchísimo más eficiente sin comprometer la terapia. Pero, ¿qué cambios estamos dispuestos a hacer para integrarnos?”, fue una de sus frases más destacadas.

El primer bloque lo cerró Rosario Perazolo Masjoan, con una charla con humor e ironía sobre los tabúes alrededor de las personas con discapacidades. Tras contar su experiencia desde que comenzó a usar silla de ruedas dejó en claro que “una rampa significa verdaderamente una oportunidad”.

En el segundo bloque, la primera en pisar el círculo rojo del escenario fue Sabina Villagra, directora de “Barrilete, Museo de los Niños, que habló de los modos de enfrentarse a los miedos y de vencer los “no se puede” que paralizan. “Ser creativo no es nada más y nada menos que ver opciones frente a lo que se nos pone adelante”, dijo, y nos dejó a todos pensando.

Una aplicación con potencial de dar un giro completo en la vida de 67 millones de personas en el mundo dejó una sala enmudecida. Con sólo 24 años, Carlos Costa desarrolló una tecnología que permite a personas con alzheimer, autismo, parálisis cerebral y otras dificultades comunicarse con un sistema completo y amigable. “¿Cuantas ideas, cariño e historias nos estamos perdiendo? Poder comunicarnos nos permite expresar quiénes somos y conocer a otros”, señaló antes de dar paso a los aplausos del público, que se paró para felicitar efusivamente al joven.

Luego, el bioquímico Fernando Manera subió al escenario para revelar prácticas útiles en la limpieza, personal y del hogar, advirtiéndonos sobre los peligros generados por plásticos y jabones desinfectantes, sobre todo en los más chicos y las embarazadas. Nos dejó tranquilos diciendo que “La educación es la mejor valla que podemos poner ante este mundo químico”, indicó.

Pablo Gleiser es parte del grupo investigador que creó el proyecto Openworm, en el que se tomó la información neuronal de un gusano para luego conectarla a un robot. El resultado: una herramienta fantástica para poder aprender cómo son los circuitos que regulan el comportamiento, cómo se deterioran para arreglarlos y hasta cómo prevenirlos. “Es un paradigma nuevo. Vamos a llegar a donde ningún humano ha llegado jamás. Una forma diferente de hacer ciencia en la que cuatro ojos ven más que dos. Y miles de ojos ven aún mejor”, expresó.

Después del almuerzo, empezó el tercer bloque a puro melocotón con la banda cordobesa-uruguaya, El Cuarteto del Amor. Tras la serenata, Matías Portela, creador de la empresa de juguetes de cartón reciclado llamada Ondulé, planteó un nuevo escenario y una nueva forma de hacer negocios marcada por la empatía: “A fin de cuentas, ponerse en el lugar del otro es cambiar el mundo”.

Una de las sorpresas de la tarde llegó de la mano de Matías White, un niño de sólo 12 años que sorprendió no sólo con su entusiasmo por la lectura sino por las ganas de contagiarla a más niños. El preadolescente, que participó de Clubes de Ideas (un espacio dentro de la organización TEDxCórdoba) ideó un sistema de padrinos y ahijados que involucró a sus compañeros de colegio y a niños de salita de 4 para que “la magia de la lectura siga hechizando a los niños, de la mano de otros niños”.

Maritchu Seitún de Chas, psicóloga y autora de tres libros, habló sobre la agresividad sana y la importancia de amigarnos con el enojo. “Lo contrario del amor no es el enojo, es la indiferencia. Me enojo con la gente que quiero”, dijo.

Para cerrar el tercer bloque, Sebastián Corona, junto al ejemplo dejado por su fallecida esposa, demostró en su charla cómo algo triste y poco nombrado como la muerte puede tener otro enfoque de la mano del humor y la risa. “La risa no le quita nada al dolor, pero le agrega una perspectiva. El humor es una forma de seguir siendo nosotros mismos», afirmó frente a muchos de los asistentes con los ojos llenos de lágrimas.

El cuarto y último bloque comenzó de la mano del dúo cordobés de música pop Future Ted. Antes de irse, los jóvenes músicos reflexionaron sobre “el momento justo” y dijeron: “Todos somos creadores de causas, creadores de nuestro propio contexto y responsables de que en cada situación estemos rodeados de cosas para que simplemente se dé lo que anhelamos. Pero la única forma de conseguirlo es trabajando”.

Luego llegó el turno de Gabriela González, científica de LIGO, quien hizo viajar al público por agujeros negros y nos llevó a preguntarnos: ¿para qué sirven las ondas gravitacionales? “El camino de la ciencia es muy largo, empieza con teorías básicas, luego se descubren aplicaciones y finalmente se crean tecnologías útiles”, dijo.

Mario Roset, por su parte, acercó a los participantes a las 16.000 ONGs que hay en Argentina y a sus problemáticas. Junto a quienes forman Wingu, utiliza el poder de la tecnología, Internet y los datos en pos de la inclusión social. “El verdadero impacto se consigue poniendo la tecnología y las personas al alcance de las causas sociales”, sostuvo.

Cerró el evento un apasionado Miguel Puch, afinador de pianos de la ciudad de Córdoba. Para él, “los pianos están vivos” e influyen en la vida de una persona.  “Les aseguro sin duda que si hubiera más pianos, el mundo sería más armónico”, remarcó.

Quince oradores, música en vivo, una sala colmada y un público expectante que nos regaló sonrisas, lágrimas de emoción y buenas devoluciones.