«Denuncié a Moyano por negociar con la mafia de las barras bravas»

Córdoba (15/11/18). El décimo y último Ciclo de Coyuntura de la Bolsa de Comercio de Córdoba en este 2018, contó con la  presencia de Florencia Arietto, Asesora de Patricia Bullrich en el Ministerio de Seguridad de la Nación.

La exJefa de Seguridad del Club Independiente compartió su exposición en torno al título: «Democracia o Mafia», en la cual desarrolló distintas aristas respecto al narcotráfico y crimen organizado en Argentina.

En primera instancia, manifestó que existe una voluntad política explícita por parte del gobierno en combatir el narcotráfico, de esta manera expresó que, “el ejercicio mafioso del poder es inviable” y que desde el Ministerio se está haciendo “el trabajo que nadie quiere hacer, necesario para combatir el núcleo duro de las mafias».

Ante la mención de diversos operativos relevantes a nivel nacional, destacó el caso de Pablo Moyano, sosteniendo: “lo denuncié por negociar con la mafia de las barras bravas”; en este sentido afirmó que él “buscaba generar un golpe de estado y luego hacerse con el gobierno”.

Por otra parte, Arietto se refirió a la seguridad en Córdoba, sosteniendo que, si bien “tiene un problema de drogas, narcomenudeo y mafias que no se ha desmantelado” fue una de las primeras provincias en aceptar trabajar con el ministerio de Nación para combatir el crimen organizado. A su vez, observó que dentro de la dificultad, “uno ve que el Poder Judicial cordobés es proactivo”.

Para finalizar, dio cuenta de la situación actual del país, remarcando que “a pesar de no ser un buen año económico, estamos en un punto de inflección en el cual no podemos volver atrás”. Refiriendo a gobiernos anteriores, remarcó que “la plata de la corrupción es la que falta en el déficit fiscal, es cloaca que falta y agua que falta” a lo que agregó: “hemos perdido territorio pero estamos a tiempo”. 

Coyuntura económica

En su exposición, Lucas Navarro, Director del Instituto de Investigaciones Económicas, realizó un análisis de la situación del mercado laboral, afirmando que a pesar de la situación macroeconómica adversa, «el efecto no ha sido tan severo como en otras recesiones», explicado en parte por expectativas de recuperación por parte de los empleadores, la disminución del salario real que licúa los costos y el rol del empleo público. 

Haciendo foco en este último tema, Navarro indicó que el empleo público continúa siendo excesivo y gravitante, particularmente en las regiones menos productivas del país, lo que implica mayores costos para el sector privado, ya que mayor empleo público se traduce en mayor gasto, que se financia con mayor carga tributaria sobre los sectores productivos.

En tanto, Florencia CostantinoJefa de Investigaciones del Instituto de Investigaciones Económicas, realizó un breve repaso de los efectos distorsivos que generó la política de atraso tarifario y congelamiento de precios en la matriz energética, donde cayó la producción y aumentó excesivamente el consumo, lo que llevó al país de exportar a importar y a un crecimiento desmedido de subsidios, que profundizó el déficit fiscal.

Los avances en términos de readecuación tarifaria, energías renovables y Vaca Muerta permiten prever una recuperación de las inversiones, el empleo y la producción del sector, que ya se perciben en la actualidad a través del crecimiento de las exportaciones y la producción de gas.

A su turno, Manuel Tagle, afirmó que “los empresarios no debemos abandonar la responsabilidad de estar presentes en estos momentos tan difíciles y no dejar solos a quienes tienen la responsabilidad de gobernar”.

El presidente de la entidad manifestó sus expectativas respecto del porvenir económico del país: “esperamos que el rebote de la recesión sea lo antes posible”. A su vez, consideró que dentro de las posibilidades políticas y sociales, “se están dando pasos para afrontar la crisis”, entre ellos la implementación de un plan monetario ortodoxo y de disciplina fiscal.

A modo de cierre, se refirió al bono del $5.000 estipulado por el gobierno, expresando que “hubiera sido mejor que no fuese compulsivo, pero el sector asalariado necesita recuperar poder adquisitivo, por lo que debemos ser tolerantes a este tipo de medidas”.