El Gobierno pagará una nueva ronda del IFE para paliar los efectos de la pandemia

País (31/5/20). Alcanza a 8,3 millones de beneficiarios que vieron reducidos sus ingresos durante la cuarentena obligatoria dispuesta por el Gobierno nacional a raíz de la pandemia de Covid-19.

El Gobierno nacional oficializó la decisión de un nuevo pago del bono de $10.000 correspondiente al Ingreso Familiar de Emergencia (IFE) para asistir a los sectores más vulnerables que vieron afectados sus ingresos por el impacto de la pandemia.

El IFE, que alcanza a 8,3 millones de beneficiarios que vieron reducidos sus ingresos durante la cuarentena, es una de las medidas llevadas a cabo en el marco de la pandemia que ayudó a evitar que se amplíen las brechas de desigualdad que existen en el país.

El Estado puso en marcha varios programas de asistencia económica para los hogares y empresas. Los beneficiarios de la Asignación Universal por Hijo (AUH) y Embarazo (AUE), el programa Alimentar, así como los jubilados fueron los primeros en recibir un refuerzo a través de bonos.

A su vez, la creación del IFE, que puso el foco en los sectores más vulnerables ante el aislamiento social, preventivo y obligatorio dispuesto para frenar la propagación del virus, contribuyó a ampliar la cobertura estatal mediante transferencias monetarias hasta alcanzar al 89% del decil más pobre de la población. 

De acuerdo al trabajo elaborado por las carteras de Economía, Desarrollo Productivo y Trabajo, considerando solamente el efecto del IFE, la transferencia monetaria realizada en la primera ronda de pagos durante los meses de abril y mayo evitaría entre 5 y 6 puntos porcentuales de aumento en la pobreza. En el caso de la indigencia, el impacto está entre 4 y 7 puntos porcentuales.

El conjunto de transferencias (AUH, AUE, Alimentar, bono a jubilados e IFE) genera una red de contención todavía más potente: de entre 6 y 8 puntos en contención de la pobreza y entre 6 y 10 puntos de contención de la indigencia.

De este modo, con estas medidas se evitará que entre 2,7 y 4,5 millones de personas caigan en la pobreza y/o indigencia -de manera transitoria-, producto de la pandemia.

Uno de los grandes desafíos del IFE ha sido lograr pagar a todos sus beneficiarios. La mitad de las personas que calificaron para el IFE no tenían una cuenta bancaria en donde depositar los $10.000.

El acceso a estas transferencias se vio limitado no solo por la gran inclinación al efectivo de gran parte de la población, sino también por la infraestructura y tecnología disponible para procesar los pagos o dar de alta nuevas cuentas bancarias de manera masiva en un corto lapso de tiempo.

Estas dificultades dieron lugar a una estrategia coordinada entre diversos actores del sistema financiero y el Correo Argentino para poder llegar a todos en un contexto adverso.

A partir de una gran bancarización, aprendizaje de medios de pagos digitales y puesta en marcha de nuevas herramientas como la Cuenta DNI del Banco de la Provincia de Buenos Aires, se dejaron sentadas las bases para que la educación financiera sea un eje de trabajo y la inclusión financiera una nueva realidad de la Argentina post pandemia.

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