Buenos Aires. Durante la ceremonia de entrega de los «Premios Sadosky» a iniciativas tecnológicas argentinas, en un acto realizado ayer en Tecnópolis, el ministro de Trabajo, Carlos Tomada, afirmó que el país tiene capacidad para formar 50 mil técnicos de software por año.
En tanto, el ministro Lino Barañao (Ciencia y Tecnología) destacó el trabajo de calidad y la inversión en investigación y desarrollo, de la industria informática.
En ese marco, presentaron Informe de dicha industria que muestra un crecimiento del 8 por ciento en 2013 y que hay “potenciales” vacantes en el sector por falta de mano de obra calificada.
«Este es un sector que ha revolucionado y está transformando uno de los aspectos fundamentales de la industria argentina«, señaló Tomada.
El responsable de la cartera de Trabajo valoró que la industria del software es un ejemplo «de las mejores articulaciones entre el sector público y privado» que “ha revolucionado” a todo el entramado industrial del país y recordó que la cartera laboral lleva invertidos $50 millones en formación de recursos humanos destinados al sector.
Según el funcionario, ya se capacitaron 45 mil trabajadores como parte del programa conjunto entre el ministerio y la Cámara de Empresas de Software y Servicios Informáticos (CESSI), que se inició a partir de la firma de un acuerdo en el 2008.
Previo a la entrega de premios, el ministro de Ciencia y Tecnología, Lino Barañao, consideró que «el nuevo logro que tiene la ciencia y la tecnología es la generación de puestos de trabajo«.
«Nunca se pensó que la ciencia podía servir también para esto», dijo Barañao al destacar el potencial que significa el sector en materia de empleo y desarrollo.
Además, manifestó que la industria informática «genera trabajo de calidad y es el modelo de industria ideal que queremos para el país, porque invierte la mayoría de sus ingresos en investigación y desarrollo».
Barañao también enfatizó sobre la «la nueva modalidad de financiamiento” que se ha implementado hace más de dos años, “bajo la forma de consorcio público-privado«, en ese sentido, observó que «favorece la transferencia directa de conocimiento» entre el sector académico y empresarial.
Por último, explicó que su cartera está «apoyando proyectos denominados faro, de largo alcance, que pretenden crear tecnologías disruptivas que encuentran alternativas a problemas que luego puedan tener inserción en el mercado».
Cabe recordar que Manuel Sadosky fue Secretario de Ciencia y Técnica del primer gobierno democrático, encabezado por el ex presidente Raúl Alfonsín.
Crecimiento de la industria y puestos vacantes
Durante el acto, se difundió un informe que consigna que la industria del software creció 8 por ciento en lo que va de 2013 y más de 5 mil puestos de trabajo siguen potencialmente vacantes por falta de mano de obra calificada.
Los datos estadísticos corresponden a la Cámara de Empresas de Software y Servicios Informáticos (CESSI). Su titular, José María Louzao, en declaraciones a Télam, sostuvo que el sector “podría haber crecido mucho más este año y hay una dinámica importante que está en base a producción local y mercados externos que permiten prever que el crecimiento va a continuar».
Precisó que el 95 por ciento del sector está compuesto por pymes que no superan individualmente el 5 por ciento del total de la facturación global, y afirmó que ésta distribución de la renta constituye un «modelo antimonopólico«.
Según las proyecciones de la CESSI, la demanda de empleo podría incluso elevarse a 7mil puestos adicionales en 2014.
Exportaciones de servicios informáticos
Por otra parte, según un informe de la Organización Mundial de Comercio (OMC) publicado la semana pasada, Argentina ocupa el segundo puesto a nivel mundial en el ranking de crecimiento de exportaciones de servicios informáticos, incluso por delante de China, la Unión Europea, Estados Unidos e India, con un ritmo de crecimiento del 40 por ciento entre 2005 y 2011.
De acuerdo a datos de la CESSI, los dos principales destinos de las exportaciones informáticas argentinas son EEUU (50 por ciento) y el resto de América Latina (35 por ciento).