Nueva York/Argentina. Tras la cuarta reunión -sin avances- que mantuvieron las partes en litigio con el mediador designado por el juez Griesa, el ministro de Economía manifestó que el gobierno seguirá “negociando” con los holdouts en busca de un acuerdo, pero «sin extorsiones y en condiciones justas».
Pasado el mediodía de ayer (viernes), la delegación argentina y los fondos buitre mantuvieron el cuarto encuentro con Daniel Pollack sin llegar a un acuerdo que ponga fin al litigio por el pago de deuda no reestructurada.
Tras esa reunión, Kicillof -desde Argentina- fijó posición al exponer ante los representantes de las naciones de la Unasur en el marco de la cuarta reunión del Consejo Suramericano de Economía y Finanzas y la segunda del Consejo de ministros del bloque.
Allí, Axel Kicillof insistió con la postura oficial de que la Argentina cumplió con sus obligaciones de pago y que el gobierno está dispuesto al diálogo para la negociación pero sin aceptar extorsiones, en alusión a la presión que ejercen los fondos buitre sobre el país y la decisión de la justicia de EEUU de bloquear los pagos a los acreedores de los canjes.
«Argentina cumplió con sus obligaciones y lo va a seguir haciendo», y destacó que se va a «seguir negociando sin extorsiones y en condiciones justas».
En ese sentido, el gobierno kirchnerista advirtió que se le impide al país efectivizar el pago a los bonistas con deuda reestructurada. Al respecto, Kicillof denunció que con el fallo del juez neoyorquino, “hay un bloqueo del cobro que funciona como elemento de extorsión para el país«.
En relación a que Argentina caiga en default, el ministro afirmó que el país «solucionó sus deudas con privados a través de dos reestructuraciones, pero también pagó completamente sus compromisos con el Fondo Monetario Internacional (FMI), juicios pendientes en el CIADI (tribunal del Banco Mundial) y reestructuró la deuda con el Club de París».
Asimismo, expresó que queda pendiente «una reestructuración donde voluntariamente 92,4 por ciento de los acreedores aceptó los nuevos términos», pero que el objetivo de los que quedaron al margen es “litigar en tribunales para obtener el 100 por ciento de sus reclamos”.
Ante esta situación, Kicillof cuestionó al juez Griesa, por el fallo “inédito, insólito e incomprensible» y además, por su interpretación de una clausula denominada “pari passu”.
Según el criterio del funcionario de Economía, esa interpretación «es una extorsión judicial que va en contra cualquier proceso de reestructuración», y advirtió que «por eso hasta el FMI está preocupado, porque cualquier país que tenga un bono que diga `pari passu`, no puede reestructurar su deuda«.
Kicillof insistió con la posición argentina de que resulta «imposible cumplir con el fallo porque si se les paga 100 por ciento a los que tienen bonos en default, los tenedores de deuda reestructurada tendrían derecho a reclamar lo mismo y se caería la reestructuración, y se activarían reclamos por entre 120 mil y 400 mil millones de dólares».
Para concluir, Kicillof remarcó que «los fondos buitre no compraron bonos de la deuda antes del default para ayudar a la Argentina, sino que lo hicieron en 2008, con los papeles ya defaulteados, a 50 millones de dólares y la sentencia se los reconoce por 800 millones».
CFK. Por videoconferencia con Capitanich en el Chaco, la presidenta resaltó: «Estamos siendo agredidos por capitales especulativos en forma inmerecida«. Por lo que opinó que “los fondos buitre son la contracara de todo lo que hemos estado haciendo en todos estos años, trabajando, produciendo, y creciendo”.
Fuente Télam y redacción
