Nacionales/Córdoba. Para el secretario general de la CGT Azopardo la medida de fuerza tuvo un alto acatamiento. Moyano destacó una adhesión de entre el 80 y el 90 por ciento de los trabajadores. Por su parte, el gobierno K minimizó su alcance, al manifestar que no fue “un paro general y mucho menos nacional”. De la Sota se metió en la polémica, al opinar en igual sentido que el líder camionero y cuestionó a la presidenta por no escuchar el reclamo de los trabajadores.
En su primera evaluación de la medida dispuesta por las Centrales Obreras opositoras, Hugo Moyano afirmó que el paro tuvo “una adhesión que oscila entre el 80 y el 90 por ciento de los trabajadores”. Por la tarde, el líder de la CGT Azopardo no quiso entrar en el terreno de cuantificar su alcance, pero si expresó que tuvo “una altísima adhesión”.
Acompañado por Gerónimo «Momo» Venegas (Uatre) y Luis Barrionuevo (CGT Azul y Blanca) el camionero destacó que no iban a hablar de porcentajes «porque pese a toda la presión y el aparato estatal del Gobierno para debilitar esta protesta, tuvimos una altísima adhesión».
Desde el gobierno nacional, el ministro de Trabajo, Carlos Tomada, contraatacó con números distintos a los expuestos por los gremialistas de las CGT opositoras. El funcionario de la cartera laboral indicó que el “75 por ciento de los gremios no adhirió al paro opositor y que la gran mayoría de los trabajadores concurrió a cumplir su actividad”.
De esta forma, Tomada repasó los datos surgidos del relevamiento que realiza habitualmente el ministerio de Trabajo y detalló que la concurrencia al trabajo en la zona centro del país ha sido de un 80 por ciento, en la zona pampeana un 65 por ciento, en la regional Cuyo un 80 por ciento, en el Conurbano entre un 55 y 60 por ciento, en el NEA un 85 por ciento, en el NOA un 75 por ciento y en la zona Austral un 65 por ciento.
Asimismo, se refirió a los hechos vinculados a “los protagonistas del raiting de hoy” y señaló que los cortes y los piquetes “desprestigian, distorsionan, debilitan cualquier protesta y la convierten en un hecho de minoría”.
Tomada repudió y rechazó como metodología de la protesta “la violencia ejercida sobre los medios de trasporte” y analizó que “nunca son trabajadores los que cometen estos hechos contra otros trabajadores”.
Consultado por una posible modificación del impuesto a las ganancias, el funcionario K especificó que “no es una prioridad en este momento” porque es un reclamo de los “sectores de mejores ingresos” que no superan el 10 por ciento, por lo que es “el problema de una parte de los trabajadores”, en tanto subrayó las políticas del gobierno nacional tendientes a “mejorar la redistribución del ingreso”.
En el caso de Córdoba, el acatamiento fue parcial y sin incidentes, pero perdió fuerza por la decisión de la UTA de no parar. Si contó con la adhesión de los sindicatos de Luz y Fuerza, Suoem, Camioneros, quienes junto a movimientos de Izquierda manifestaron por las calles del centro de la Capital cordobesa para confluir cerca del mediodía en un acto central en Vélez Sarsfield entre 27 de abril y Caseros.
La Bancaria también realizó una medida de fuerza que implicó la falta de atención en los bancos privados y en la banca pública en el marco de su plan de lucha. Tampoco hubo recolección de basura, ya que el gremio del Surrbac decidió acompañar el paro opositor. No hubo transporte interurbano.
Quien valoró el paro nacional como de “alto acatamiento” fue el gobernador De la Sota, quien no ocultó sus críticas hacia la presidenta de la Nación. “Los trabajadores tienen derecho a reclamar. Lo grave es que CFK dice que está todo bien y no escucha”, cuestionó el “presidenciable” cordobés.
Pidiendo a Fernández de Kirchner que se deje ayudar, el mandatario provincial opinó que “debería dejar de leer el diario de Yrigoyen y escuchar los reclamos de la gente. Hoy muchos trabajadores hablaron”, tuiteó.