Para economistas del CPCE, el problema central es el déficit

CPCE fachada YrigoyenCórdoba. El único efecto positivo de la devaluación de enero fue frenar la pérdida de reservas; ninguna de las otras variables resultaron mejoradas. Sin atacar el rojo fiscal el problema persiste y se agranda, advirtieron desde la entidad profesional durante el encuentro con periodistas, en el marco del análisis de coyuntura.

“La devaluación más tarde o más temprano se va a producir, aunque hoy se están usando todos los recursos para postergarla lo más posible”, coincidieron en destacar Mary Acosta y el titular del Consejo Profesional de Ciencias Económicas (CPCE), José Simonella.

Obviamente cuando ajuste el tipo de cambio ajustará toda la economía. Por el atraso cambiario existente, la nueva devaluación debería ser más profunda que la de enero ya que, además de la inflación influyen las necesidades de financiamiento, afirmaron desde el CPCE.

Asimismo, consideraron que “el único efecto positivo de la devaluación fue frenar la pérdida de reservas; ninguna de las otras variables resultaron mejoradas”. “Sólo ayudó a recomponer los dólares del Central. Todo el resto desmejoró. Hay una política monetaria que hizo un recorrido y una fiscal que fue por otro lado”, se indicó.

En ese sentido, Simonella, señaló: «Si no se ataca el déficit no hay manera de salir ganando. No hay financiamiento ni externo ni interno. Sólo se trata de subsistir con emisión y giro de utilidades. Hay un problema serio».

En el informe presentado sobre el “Impacto de la devaluación en las variables reales y financieras”, Mary Acosta, explicó que entre diciembre de 2011 y octubre último, la mayor tasa de devaluación se produjo en enero, con el 12,3 por ciento seguida de febrero con 10,7 por ciento.

El tipo de cambio real  (medido en relación a una canasta de monedas) presenta una mejora en la competitividad con la devaluación, pero está sobreestimado por los problemas del índice de precios. “Con la devaluación lo que era 3,05 pesos por dólar en diciembre de 2006 pasaron a ser 4,15 siguiendo las mediciones de Indec, pero en comparación con la Canasta que mide el Consejo apenas si se elevó la competitividad: ‘Esa mejora ya se perdió’”, aseveró la economista.

Sobre el superávit comercial, se precisó que empezó a caer desde el 2012, cuando fue de US$ 12 mil millones. Desde entonces, el “escalabro” en el sector energético impactó fuerte. Este año cerraría en torno a los US$ 7 mil millones, cifra “forzada” por el cepo a las importaciones.

En el caso de la balanza comercial industrial que siempre es deficitaria por la estructura productiva argentina, este año (hasta setiembre) ese saldo siguió creciendo porque no se modificó el modelo industrial.

simonella y acostaHaciendo foco en el modelo productivo nacional, el titular del CPCE, manifestó que “debiéramos tener otro esquema, pero apuntando a la agroindustria, agregando valor a donde tenemos ventajas y no fabricando espejitos para motos chinas”.

La otra cuestión a considerar es el problema de la seguridad jurídica en la Argentina que excede a esta administración.  Se observó como un problema de 30 años, “eso más tarde o más temprano, se paga”, advirtió Simonella al destacar la falta de inversión.

Expectativa de devaluación

Con la lupa puesta en el balance cambiario se ve que desde 2011, todos son negativos. Lo único que impulsa algún valor positivo es la balanza comercial: “Toda la estructura de reservas depende prácticamente de la soja”, puntualizó Acosta.

Estas variables se traducen en la política monetaria. Para el 2014 la variación de crecimiento interanual de la base monetaria hasta octubre ronda el 19,5% por el impacto de las Lebacs (a las que ahora se agregará el Bonad). Es  la tasa más baja de los últimos años.

Con la devaluación de enero y el aumento de tasas, los depósitos crecieron porque los ahorristas estimaron que el dólar se quedaría quieto. A partir de junio hay una baja en las colocaciones en pesos y el nuevo incremento de la tasa ya no provoca reacción porque la expectativa es de devaluación, se explicó.

“En una economía líquida como es esta, la gente está evitando depositar. Tiene el dinero más tiempo en la mano buscando en que usarlo. El que puede adelanta consumo o se stockea en el supermercado y aunque poco, baja lo depositado en cajas de ahorro y en plazos fijo”, comentó Simonella.

Respecto del nivel de actividad, después de la devaluación todos los indicadores cayeron impactando en el empleo. Además hay una pérdida del poder adquisitivo del salario real por impacto de la inflación. Para el Consejo, los precios subirán este año un piso del 35 por ciento. Si se toma como base 100 del salario abril de 2012, la brecha con la Canasta del Consejo es del 49 por ciento.

“El nivel del déficit ya no se puede sostener. La brecha entre ingresos y egresos es muy importante y cada vez es más significativo el uso de recursos extraordinarios para el financiamiento (utilidades del Central y del Fondo de Garantía de Anses). A esa brecha se sumará el déficit cuasi fiscal”, planteó Acosta y reiteró que el ajuste “lamentablemente es necesario porque no se puede mantener este nivel de rojo”.

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