Ciudad de Córdoba. Con un relevamiento fotográfico, el concejal opositor, dio cuenta de que en el radio urbano existen casi dos centenares de baldíos y espacios públicos ocupados por basura que representan una amenaza ambiental y sanitaria. Dómina advirtió que la situación es de larga data, pero que se agravó ostensiblemente desde la privatización de Crese y la desactivación de los llamados «puntos verdes».
El equipo de colaboradores del edil Esteban Dómina, relevó los basurales a cielo abierto diseminados en toda la ciudad, conformando un mapa que forma parte del estudio completo de esta problemática actual relacionada al área de Higiene Urbana. (Relevamiento completo).
“Es una situación de larga data, pero que se agravó ostensiblemente desde la privatización de Crese y la desactivación de los llamados «puntos verdes», que tenían como finalidad evitar la proliferación de vertederos informales”, aclaró el representante del bloque Compromiso Ciudadano (ex Frente Cívico).
En ese sentido, apuntó sus críticas hacia la gestión municipal, porque “elude la responsabilidad de la situación, adjudicándoles la culpa de la existencia de estos basurales a los vecinos que arrojan residuos y restos de poda a la vía pública y a los carreros que se ocupan de transportarla a alguno de esos basurales”, afirmó.
Para Dómina, resulta “obvio” que todos los vecinos de la ciudad tienen que poner su “granito de arena para evitar que la basura nos tape”, pero aseveró que “la responsabilidad primaria es de la Municipalidad, que hace tiempo se desentendió del problema y nada hace para remediarlo”.
A lo que denominó “postales de la decadencia urbana”, el edil expresó que “hablan por sí mismas acerca de las consecuencias nocivas para la salud humana y el medio ambiente; (…) además de la inseguridad que generan para los pobladores de los barrios aledaños”.
En base a la dimensión y gravedad del problema, opinó que las autoridades deben “de una vez por todas, adoptar las medidas necesarias para erradicar y remediar estos sitios”. Asimismo, cuestionó que para evitar su proliferación, hay que aplicar “políticas públicas sustentables en el tiempo, en lugar de mirar hacia otro lado como hasta hoy”.