El nivel del gasto público argentino es “preocupante”, lo admiten economistas de todas las líneas. Viene creciendo por encima de los ingresos y el rojo fiscal se ensancha hasta alrededor de 5 puntos del PBI, se observó.
Frente a este problema, los economistas del Consejo Profesional de Ciencias Económicas (CPCE) proponen -en el corto plazo- administrar con más eficiencia los subsidios; recuperar el superávit fiscal y reducir el financiamiento vía el Banco Central.
Respecto de las cuestiones estructurales, plantearon que hay que avanzar en una reforma tributaria y en una nueva ley de Coparticipación. Diuvigildo Yedro, vicepresidente de la comisión de Tributaria del Consejo, afirmó que es “posible simplificar” el esquema impositivo que es “regresivo y, por lo tanto, preocupante”.
“Quien destina todos sus ingresos al consumo es el que más tributos paga. Eso es absurdo”, cuestionó. Por ello, el Consejo trabaja en el diseño de una base para simplificar el esquema tributario para “corregir los efectos dañinos” del actual.
“Otros países lo han logrado, tomando el aspecto impositivo como parte de la política económica y de Estado”, se remarcó. Asimismo, desde el CPCE apuntaron que una de las prioridades es evitar el efecto cascada de los impuestos.
En cuanto al gasto, año a año vino subiendo más que las entradas (bajaron participación los intereses y aumentaron las transferencias y subsidios). En esa dinámica se pasó del superávit de 2007 a un déficit (en los primeros dos meses del año ya sumó un rojo de $ 15.500 millones).
“En los ’90 la mayor proporción del gasto se la llevaban los intereses de la deuda y hoy el peso está en los subsidios”, indicó. Los subsidios entre 2006 y 2014 crecieron, en promedio, 37,8% interanual. En el 2014 subieron el 59%. En proporción, los mayores incrementos son al sector privado.
Del gasto, la parte cubierta con adelantos transitorios del Central creció hasta 2013 y después hay una leve baja relacionada con la caída de reservas y con la llegada al límite de lo autorizado por la Carta Orgánica, lo que coincide con la colocación de títulos públicos.
Acosta ratificó que, por efecto de la inflación, la suba del gasto perdió poder reactivante. A valores corrientes el gasto público crece al 35% promedio entre 2005 y 2014; en ese mismo período reaccionaron por debajo el consumo privado (24%), el público (30%) y la inversión (23%).
“Por más que el gasto sube y hay un esfuerzo del Estado difícil de sostener, ya no es efectivo para el crecimiento de la economía. Tiene menos poder de fuego”, subrayó.
Ganancias y planes
Arturo Zarazaga, presidente Comisión Tributaria del Consejo, puso blanco sobre negro respecto del alcance real de los cambios introducidos a Ganancias.
Aquellos que entre setiembre 2013 y enero 2014 ganaban menos $15 mil de ingresos brutos, siguen beneficiado y no deberá pagar; si ingresaron en enero de este año con sueldos de entre $25 mil y $35 mil se aplica la nueva escala. “Siempre a favor del trabajador”, agregó el experto.
Sobre el plan de pagos de AFIP vigente, en el que ingresan todas las obligaciones vencidas al 28 febrero (intereses y multas) a pagarse en 120 cuotas al 1,9% mensual, Yedro consideró que la obligación de contar con domicilio fiscal electrónico es “ilegal” porque no lo prevé la ley.
Además, recalcó que las empresas que adhieran no deben reducir la cantidad de empleados a lo largo de todo el plan, como tampoco se puede incurrir en mora en la presentación de declaraciones juradas y en su pago.
“Son causales de caducidad de alto riesgo y de posibilidad fácil de caer en ellas, con lo cual el plan parece haberse diseñado para recaudar el 7% del anticipo”, explicó Yedro.
También criticó la exigencia de que los comercios tengan posnet porque “no hay ninguna ley” que lo establezca; por una resolución de la AFIP no se pueden instrumentar cambios de este tipo”.