Córdoba. Fue una de las conclusiones que destacaron los economistas del Consejo Profesional de Ciencias Económicas de Córdoba (CPCE), tras analizar las primeras medidas del nuevo gobierno nacional. Sin complementos a lo realizado hasta ahora, los perdedores son los asalariados, lo que implica menos consumo y caída de la actividad.
Hasta el momento los efectos de lo hecho es suba de precios (incluso previa), pérdida de poder adquisitivo, encarecimiento del crédito, primarización de la economía y mayor volatilidad financiera. «Es difícil que haya un acuerdo entre sectores porque siempre en la crisis hay ganadores”, planteó Mary Acosta.
Para el presidente del CPCE, José Simonella, «no están los famosos cien días para esperar a actuar sobre el déficit fiscal; tienen que empezar a actuar para reducir el rojo porque no podrán financiarse siete puntos del PBI con endeudamiento externo».
El trabajo repasó la eliminación de las retenciones a todas las economías regionales y productos industriales y la rebaja de cinco puntos a las de la soja. El costo fiscal -sin incluir la industria- fue estimado en $27.600 millones aunque por la mejora del tipo de cambio se reduce a $17.900 millones.
El resultado financiero del próximo año, después de esa medida, sería negativo en 103 mil millones, mientras que el primario alcanzaría los $1.400 millones. “Es muy difícil pronosticar hoy cómo serán las cuentas públicas porque hay que ver cómo evolucionará el nivel de actividad y qué pasará con los subsidios”, expresó Acosta.
Después de las medidas tomadas por la administración macrista, el peso argentino acumuló una devaluación respecto del dólar de 51,7% este año, incluso por delante del real que suma 49,3%. Antes de la medida, el peso argentino estaba cerca del yuan, que registró una devaluación de 4,2% este año.
Para el titular de la entidad que nuclea a profesionales de ciencias económicas, la tarea ahora es acomodar los precios relativos. Una apertura de importaciones como la que amenazó el presidente Mauricio Macri sólo impactará sobre los bienes transables. “Qué va a pasar en adelante dependerá de la evolución del tipo de cambio, si bajará o volverá a subir”, añadió.
Para Víctor Peralta el paso de la devaluación a precios ya se produjo y difícilmente vuelva atrás. “Lo único que baja precios es una crisis; la economía descontó un dólar a $14”, apuntó Simonella.
La liquidación de exportaciones de cereales y oleaginosas promedió los $18 mil millones en los últimos cuatro años. Si el campo cumple la promesa de liquidar $6 mil millones, en 2015 rondaría los $24 mil millones.
Esos $6 mil millones, más el canje de yuanes por dólar por US$ 3.086 y los préstamos del Central con garantía de parte de sus activos por unos US$ 5 mil millones (a una tasa del 7% anual; si se ejecuta es deuda) permitirían recomponer las reservas en 14.100 millones. Con ese ingreso el tipo de cambio de convertibilidad -que era de $18- cayó alrededor del 18%. Todo el cálculo es en base a que se cumplan las expectativas del Gobierno.
Para seguir la cotización del dólar Simonella aconsejó seguir el accionar del Central. En las últimas jornadas compró, lo que indica que pretende que no caiga debajo de los $13 para evitar que la liquidación de exportaciones se frene.
En este período también hubo una modificación importante en colocación de Lebacs: “(Alfonso) Prat Gay dijo que defendería el precio del peso, para eso lo debe hacer atractivo y subir las tasas. El quitar los encajes a los dólares que entran del exterior apunta a que entren y se pasen a pesos. Por eso no veo que la tasa baje”.
Respecto de las ofertas de diferentes bancos de plazos fijos en dólares a tasas de casi el cinco por ciento anual, señaló que hay necesidad de dólares para el pre financiamiento de exportaciones ya que se espera que el comercio internacional se revigorice; con esa expectativa vuelven los bancos a competir por las divisas.
El impacto sobre la política de crédito es directo: menos volumen y más costoso. Para Peralta el golpe que tendría sobre el nivel de actividad este esquema se atenuaría con la búsqueda de ingresos de capitales.
“Hasta ahora todas las medidas son más gasto y menos ingresos -planteó Simonella-. Seguramente en un mes empezarán a afrontar el frente fiscal”. Para Acosta para evitar emitir en 2016 se apelará al endeudamiento externo.