País. La especialista había regresado al organismo para devolverle credibilidad a las mediciones oficiales tras haber sido perseguida durante el kirchnerismo, hasta que finalmente abandonó su puesto por diferencias muy marcadas en los plazos necesarios para reestablecer la difusión del Índice de Precios al Consumidor. Asumió en su lugar Fernando Cerro.
La promesa de devolverle credibilidad al INDEC sufrió este lunes un traspié con el desplazamiento de Graciela Bevacqua, una técnica echada en su momento por el kirchnerismo que había sido repuesta por la administración de Mauricio Macri con el fin de recuperar la confianza en las estadísticas oficiales.
Había sido designada número dos del instituto, ocho años después de que el gobierno de Néstor Kirchner la echara en 2007 por negarse, se dijo en ese momento, a manipular los índices de precios en línea con necesidades políticas.
Tras un fugaz regreso con bombos y platillos de la mano del nuevo jefe del Indec, Jorge Todesca, ahora Bevacqua terminó siendo relevada de nuevo ante la presión política de confeccionar un índice de precios lo más rápido posible, y reemplazada por Fernando Cerro.
La técnica pedía más tiempo para armar equipos y lograr un índice de precios confiable tras el desmantelamiento del organismo que llevó adelante el kirchnerismo de la mano del ex secretario de Comercio Interior Guillermo Moreno.
En la sorpresiva decisión habría desempeñado un rol clave una declaración del ministro del Interior, Rogelio Frigerio, quien señaló que el nuevo índice de precios estaría en 60 días y no en seis meses como proponía Bevacqua.
Según el comunicado oficial, Cerro «concentrará su gestión en la búsqueda de abreviar los procesos de restablecimiento de los múltiples indicadores económicos y sociales que elabora el INDEC a fin de normalizar el Sistema Nacional de Estadísticas».
Acusación
Posteriormente, en diálogo con la prensa, el titular del organismo, Jorge Todesca, acusó a Bevacqua de fijar de manera «unilateral» una fecha para volver a informar los nuevos datos del IPC, sin el consentimiento de las demás autoridades del instituto.
«Esto no es admisible para mí como funcionario público», enfatizó y sostuvo que la posición asumida por la funcionaria desplazada era «encerrarse en una Torre de Marfil» y que el cambio responde a viabilizar la difusión del nuevo indicador en el menor tiempo posible.
Todesca se mostró convencido en que el plazo para dar a conocer el nuevo IPC es mucho más corto que los «ocho meses» fijados por Bevacqua en su momento. (NA y Télam)