País. El presidente abrirá el martes el período 133 de sesiones ordinarias del Congreso, con un mensaje en el que podría aludir a la situación de la administración y las finanzas del Estado y criticar la gestión de su antecesora. Lo que sí está claro que el primer mandatario solicitará a los parlamentarios la aprobación de un conjunto de leyes claves. Por otra parte, funcionarios y oficialistas salieron al cruce de la polémica por la atención meramente protocolar que el Papa le dio al Jefe de Estado argentino.
El oficialismo convocó a los ciudadanos través de las redes sociales a concurrir a la Plaza del Congreso con la consigna «Vamos juntos», para apoyar la presentación de Macri, quien por segunda vez hablará ante la Asamblea Legislativa, después del discurso que pronunció durante su asunción, el 10 de diciembre.
El gobierno nacional tiene previsto montar una pantalla gigante en el frente del Congreso para transmitir el discurso del mandatario, dado que esperan cierta concurrencia de seguidores ese día, confirmaron fuentes de Casa Rosada.
La semana pasada, la UCR -uno de los partidos que integran la coalición Cambiemos, junto al PRO y a la Coalición Cívica-ARI, de la diputada Elisa Carrió- pidió que Macri explique ante la asamblea legislativa el estado en que encontró al país, al que definió como «hipoteca».
En su primer mensaje para dejar habilitada la actividad parlamentaria, Macri solicitará a los diputados y senadores la sanción de un conjunto de leyes como la derogación de la ley Cerrojo y Pago Soberano, que impide al Estado reabrir el proceso de canje de la deuda pública realizado en 2005 para los bonos en cesación de pago.
Si bien esa ley es central para el gobierno para cerrar la negociación con los fondos buitre que le permita acceder a financiamiento externo, Macri también anunciará otro conjunto de iniciativas que impulsará el gobierno sobre la rebaja del IVA para los sectores más humildes y la reforma electoral, según informaron fuentes parlamentarias.
Protocolar
En cuando a la polémica por la atención meramente protocolar que el Papa le dio al Jefe de Estado argentino en la audiencia celebrada en el Vaticano, el jefe de Gabinete se sumó a los funcionarios y oficialistas que salieron al cruce de los cuestionamientos.
Marcos Peña, afirmó este domingo que el papa Francisco «no es un dirigente político argentino», al cuestionar las críticas formuladas al pontífice por la supuesta frialdad de la entrevista que mantuvo en Roma con el presidente Mauricio Macri y por haberle enviado un rosario a la detenida dirigente kirchnerista Milagro Sala.
«¿Qué nos pasa a los argentinos que tenemos que atacar a aquellos que logran cosas increíbles? El Papa no es un dirigente político argentino. Tenemos que entender eso. No es ni kirchnerista ni de Cambiemos. No es más amigo de uno o de otro. Es el Papa. Su misión excede ampliamente las divisiones de la política argentina», sostuvo el funcionario.
En un mensaje que publicó en Facebook, Peña señaló que «el Papa Francisco es el hombre más importante que haya surgido de nuestras tierras» y que «no sólo es el primer Papa latinoamericano, sino que se ha transformado en una referencia moral y espiritual mundial, inmensamente querido y admirado por toda la humanidad».
«Es más, le pidió al presidente Macri que trabaje para unir a la Argentina, preocupado por la división que se ha generado», resaltó el jefe de Gabinete y subrayó que el sábado «empezó una nueva etapa en la relación del gobierno argentino con el papa Francisco», que surge «del consenso de la necesidad de una relación más institucional menos politizada y de menos manoseo».
«Una etapa en la que los principales acuerdos surgen de implementar en la Argentina los ejes de su mensaje pastoral: la unidad y la paz, la lucha contra las drogas y el narcotráfico y la búsqueda de una sociedad sin exclusión y sin cultura del descarte”, resaltó Peña.