País (7/7/16). Así lo revela un informe de Ecolatina elaborado con datos del primeros seis meses del año en el que el costo de vida se ubicó en el 26,3, y que argumenta que la clase media fue la más castigada porque, entre otros motivos, no puede acceder a la tarifa social.
La clase media es la más perjudicada por la inflación del primer semestre, que fue de 26,3%, ya que no goza de la protección que implica la tarifa social, como sí tiene buena parte de la clase baja, y dedica una mayor proporción de su ingreso a pagar servicios públicos y alimentos respecto a los hogares de mayores recursos, según un informe privado.
Según Ecolatina, «en sólo un semestre el set de políticas llevado adelante por el gobierno impulsó la inflación al punto tal de que, en el Gran Buenos Aires (GBA), esta acumuló 26,2% superando en sólo seis meses la meta que el equipo económico planteó a nivel nacional».
El salto cambiario aceleró la inflación en los primeros meses del año explicando poco más de 5 puntos porcentuales de la suba registrada en el primer semestre y los cambios tarifarios explicaron 7,6 puntos porcentuales de los 26,2 acumulados en los primeros seis meses del año.
Además, el gobierno autorizó aumentos de 31% y 60% en bienes cuyo precio controla: combustibles y cigarrillos, lo que sumaron casi 2 puntos porcentuales extra de inflación al período.
En este contexto, Ecolatina señaló que «los hogares que han sido beneficiados por la tarifa social no sufrieron la misma inflación que el resto, de hecho, para algunos servicios no hubo aumentos, ya que a partir de percibir el beneficio pasarán a pagar menos que antes».
«La menor variación tarifaria que enfrentan aquellos hogares que gozan de tarifa social implica una menor inflación percibida. Si la mitad de los hogares de clase baja logra acceder a la misma, la inflación en los sectores de menores ingresos se vería reducida significativamente hasta acumular 23,2% en el primer semestre, ubicándose 1,2 p.p. por debajo de la inflación percibida por la clase alta y 3,1 p.p. respecto de los estratos medios».
De este modo «la clase media es la más perjudicada por la inflación del primer semestre (26,3%), ya que no goza de la protección que implica la tarifa social (como sí tiene buena parte de la clase baja) y, al mismo tiempo, dedica una mayor proporción de su ingreso a pagar servicios públicos y alimentos respecto a los hogares de mayores recursos».
«Los estratos medios no sólo enfrentan una mayor inflación, sino que además, no cuentan con políticas activas del Ejecutivo para dinamizar sus ingresos. En cambio, la presión tributaria del impuesto a las ganancias (impuesto que pagan los sectores de mayores ingresos) cayó, dando cierto alivio a los trabajadores de mayor poder adquisitivo», según el informe.
Por otra parte, «el recrudecimiento de pobreza e indigencia producto del ajuste de precios relativos puede ser mitigado si todos los hogares de menores recursos reciben los beneficios de la tarifa social y/o acceden a la devolución del 15% del IVA a los alimentos».
«Obviamente, la consecuencia de ampliar estos programas será un menor recorte de subsidios y menor recaudación, acotando las posibilidades de cerrar la brecha fiscal en los años siguientes. Pero más grave aún sería, permitir que siga aumentando la brecha social», concluyó Ecolatina. (Télam)