Córdoba (12/7/16). Así lo planteó el titular del Consejo Profesional de Ciencias Económicas (CPCE), José Simonella, en el encuentro mensual con periodistas. Asimismo los economistas de la entidad, indicaron que el panorama fiscal de este año es apenas levemente mejor que un año atrás.
La diferencia es «ínfima» y se debe a la baja en los subsidios a las tarifas. «La manera de atacar el déficit hasta ahora no está dando los resultados esperados«, remarcó Mary Acosta.
La intención de bajar el gasto público no se cumplió porque se lo terminó usando como «prenda de gobernabilidad«, sostuvo Simonella, al tiempo que observó que seguramente el año próximo el gasto vuelva a aumentar y la brecha del déficit se cubra con endeudamiento, sin emisión.
Para la llegada de inversiones siguen sin resolverse cuestiones claves como una reforma tributaria pendiente y un esquema tarifario en discusión. «Los desequilibrios eran tremendamente grandes, en general se resuelven por crisis y sin crisis hacen falta políticas económicas», destacó.
Acosta insistió en que la tasa de variación del PIB mantiene una fuerte relación con la tasa de variación del gasto: en los últimos 12 meses el déficit primario acumulado es de $244.312 millones. El crecimiento promedio del rojo en 2014 fue de 44% (media del año respecto a la media del anterior) y en 2015 -siguiendo el mismo modelo- fue de 103%.
En 2015 las transferencias corrientes (subsidios) alcanzaron el 85% de los ingresos corrientes. En el primer semestre de este año, hay un alza de las transferencias totales, con una suba en los sociales y una baja en el capítulo de los subsidios a las tarifas.
En lo que va de 2016, se ejecutó menos de la mitad de lo presupuestado para transferencias (1,2 billones de pesos), la previsión es que el alza será de 26,8% en relación a 2015.
El déficit fiscal muestra una variación acumulada en los últimos doce meses respecto a diciembre de 2015 del 1,5% mientras que respecto a mayo de 2015 el alza es del 115,1%. En cambio, el resultado financiero se redujo 5,1% en la primera comparación y subió 21,1% en la segunda. «Hay una incipiente mejora», describió Acosta.
La economista insistió en que la estructura de subsidios es muy difícil de desarmar no sólo porque el aumento de tarifas tiene un aumento del componente inflacionario directo sobre el precio de los bienes, sino que también se traslada al consumidor, aunque en menor medida por la baja del consumo.
«Se aplicaron políticas de shock que desencadenaron una inflación de costo (por tarifas, por paritarias, por tipo de cambio) que reemplazó a la de demanda que se tenía hasta el año pasado. Este proceso implica una especie de rueda que trae inflación con estancamiento«, señaló.
Ante este cuadro de situación, consideró que si se lograra estabilizar la inflación en dos por ciento mensual hasta fin de año sigue siendo un índice alto para una economía que no crece. «A corto plazo parece difícil resolver estos problemas», sostuvo.