País (30/12/16). UNICEF llamó a priorizar las políticas sociales relacionadas a la primera infancia, para lograr que cada niño tenga las mismas oportunidades de desarrollo desde el comienzo.
La organización sostuvo que es necesario incluir a los niños de hasta 5 años en un sistema de protección social de calidad y promover su desarrollo integral, así como asegurar la inversión social en la infancia, fortalecer una política nacional de cuidado, garantizar una educación de calidad para todos, reducir la mortalidad infantil y eliminar la desnutrición.
“El pleno desarrollo de un individuo no debería depender del hogar en el que nace,” afirmó Florence Bauer, Representante de UNICEF en Argentina. En el país, las disparidades socio-económicas, regionales y entre grandes centros urbanos y zonas rurales impiden que todos los niños cuenten con las mismas oportunidades durante los primeros años.
“Para combatir inequidades y desigualdades sociales desde el inicio de la vida, necesitamos intervenciones tempranas. Buscamos asegurar que desde la primera infancia se cumplan los derechos de cada niño,” advirtió la representante.
Con este objetivo, la organización a mediados de este mes hizo público un documento en el que da cuenta de la situación de la primera infancia en Argentina en las áreas de protección social, educación, salud y cuidado, y donde llama a implementar políticas para asegurar el bienestar de los niños de 45 días a 5 años.
La primera infancia es el periodo de mayor y más rápido desarrollo en la vida de una persona. Hasta los 5 años, se construyen las bases del futuro de cada niño, de su salud, bienestar y educación. “Es una oportunidad única para hacer una diferencia en el desarrollo de niños y niñas, y de la sociedad entera”, enfatizó Bauer.
Sin embargo, algunos de los datos sobre la situación de la primera infancia en Argentina presentan un escenario preocupante. La pobreza está infantilizada: el 30% de los chicos son multidimensionalmente pobres y en los menores de 5 años, el porcentaje llega a 34,4%. Casi un 79% de los chicos de entre 0 y 3 años no accede a servicios educativos y de cuidado, un porcentaje que varía fuertemente en cada grupo social y región del país.
En cuanto a la educación, existe una brecha en la asistencia: mientras que el 81% de los niños de 4 años asisten a instituciones educativas, solo el 54% de los niños de 3 años asiste a nivel inicial. Esta brecha de acceso es significativamente mayor en los contextos rurales donde, según los últimos datos disponibles, sólo un 36% de las y los niños de 3 y 4 años asisten a salas de nivel inicial.
En el área de salud, si bien hubo mejoras en los indicadores de mortalidad infantil en Argentina, aún hay brechas de inequidad por regiones. La mayoría de las muertes menos de una semana de vida. Además, la primera infancia también es afectada por la violencia que en los primeros años se manifiesta en diversas formas: golpes, castigos físicos o psicológicos y abuso sexual. El abuso sexual en la primera infancia, por ejemplo, es cometido por una persona conocida en la mayoría de los casos.
Dada esta situación, UNICEF hizo algunas recomendaciones para mejorar la situación de la primera infancia en Argentina con medidas desde diferentes áreas, entre ellas:
– Tener un sistema de medición continua de la incidencia de la pobreza infantil que tenga en cuenta todos los determinantes y su multidimensionalidad, para lograr el acceso universal a la protección social de la primera infancia.
– Es necesario remover las barreras existentes en los mecanismos de coordinación dentro y entre los sectores afectados. Hay que incluir en la asignación universal por hijo a todos los grupos poblacionales.
– Promover una mayor cobertura de las licencias por maternidad, paternidad y familiares.
– Fortalecer la oferta de servicios de educación y cuidado para ampliar progresivamente la cobertura, dando prioridad a los sectores más vulnerables, y asegurar estándares de calidad altos.
– Las políticas integrales para proteger y promover cuidados familiares adecuados son fundamentales. Dada la vulnerabilidad intrínseca de los recién nacidos, el derecho a la salud y a vivir en un entorno saludable son especialmente importantes durante la primera infancia y una condición para el desarrollo posterior.
– Se deben reforzar las políticas tendientes a aumentar la sobrevida a edades muy tempranas, mejorando las condiciones de salud materna y los servicios de neonatología para dar respuesta a los problemas de diferentes complejidades presentados al nacimiento. Se debe buscar, además, cerrar las brechas que este indicador presenta entre las provincias.
– Es necesario replantear las estrategias nutricionales implementadas por los programas de educación alimentaria, entrega de alimentos y evaluación de políticas alimentarias.
– Es necesario alertar a la sociedad en general sobre la importancia de reconocer, desnaturalizar y prevenir la violencia y el abuso sexual en los primeros años.
– Es fundamental contar con instrumentos de monitoreo, análisis y planificación de la inversión dirigida a la niñez que permitan una mejor asignación presupuestaria y orientación de las políticas públicas, tanto a nivel nacional como provincial.
“Los desafíos de la primera infancia requieren de un abordaje multidimensional desde las áreas de salud, educación, cuidado y protección, entre otras. Hace falta fortalecer coordinación institucional e intersectorial, para lograr la implementación de políticas integrales que fomenten un crecimiento pleno con enfoque de equidad,” concluye Bauer.
