País (29/3/17). Denominada también como #1A, la marcha en apoyo a la gestión de Cambiemos corre un alto riesgo de mostrarse muy ínfima en nivel de convocatoria, principalmente luego de lo que fueron las multitudinarias manifestaciones docentes y del 24 de marzo.
El Gobierno Nacional tomó distancia de la marcha del próximo sábado, denominada #1A, con la que pretendían mostrar presencia en las calles luego de numerosas movilizaciones de docentes, la CGT y el 24 de marzo, todas de sesgo marcadamente opositor.
La convocatoria “espontánea” a Plaza de Mayo para apoyar “la democracia” y respaldar al presidente, era empujada en las redes sociales, territorio que el gobierno siempre se jactó de manejar con maestría el equipo de comunicación que comanda Marcos Peña.
Dirigentes de segunda línea del PRO instaron a la participación de la gente, que tenía un aval implícito del gobierno, aunque cuando la movida comenzó a tomar volumen mediático, varios integrantes gabinete y de la alianza Cambiemos plantearon sus dudas. El radicalismo se expresó en forma contundente contra la marcha, lo mismo que Elisa Carrió.
Finalmente, Peña, en acuerdo con sus aliados, decidió desactivar la movida y explicó, mediante un comunicado, que “la Casa Rosada no auspicia ninguna movilización” aunque “no coarta el derecho de la gente a manifestarse”. Sin embargo, la convocatoria continúa circulando en las redes sociales.
En el debate interno, la voz más fuerte fue la del jefe del interbloque de diputados oficialistas, Mario Negri, quien en una reunión interpeló a dos ministros: “¿Desde cuándo Cambiemos y el macrismo se preocupan por el control de la calle?”.
En consecuencia, la “Plaza del Sí”, que muchos imaginaron, en línea con los cacerolazos al segundo gobierno de Cristina, como una forma de relanzar al oficialismo de cara a un año electoral que definirá el escenario para 2019, deberá esperar o buscar nuevas formas de manifestarse. (ARGNoticias)