País (1/8/17). Las nuevas generaciones motorizan un cambio de paradigma: dar la teta no solo es una elección, también es un derecho.
En todo el mundo, 8 de cada 10 madres primerizas son millennials (es decir que tienen entre 18 y 32 años). Un estudio del Observatorio Chicco arrojó que el 31% usa aplicaciones para padres y bebés semanalmente y viven la experiencia del embarazo desde un lugar de mayor conexión e información que las generaciones pasadas. Investigan, leen y consultan.
Sin embargo, los desafíos que enfrentan aún son los mismos: ¿cómo llevar adelante una lactancia materna sostenida durante un mínimo de seis meses en un mundo que aún no brinda las condiciones necesarias para hacerlo?
“Amamantar fue como tocar el cielo con las manos”; “No me animaba”; “Me dijeron que no iba a poder, pero lo hice”; “A los tres meses tuve que volver a trabajar y se me cortó la leche”; “Le di la teta a mi bebé hasta los dos años y fue lo mejor que nos pasó a los dos”, comentan algunas mamás, en el marco del relevamiento.
La experiencia de la lactancia es distinta para cada mamá. Amamantar requiere tiempo; un lugar adecuado; contención; información y voluntad política. Hay una historia detrás de cada mamá que decidió amamantar a su hijo y desafió los prejuicios, superó los miedos, venció los obstáculos y pudo disfrutar la experiencia.
Este año, se celebra la Semana de la Lactancia Materna bajo el lema “Construyendo alianzas para proteger la lactancia: por el bien común, sin conflictos de interés”, los esfuerzos están orientados a trabajar en forma conjunta con los gobiernos para crear y afianzar los vínculos entre los establecimientos sanitarios y las comunidades, e impulsar las redes que protejan, promuevan y apoyen la lactancia.
Son necesarias políticas que defiendan el derecho a amamantar, programas bien estructurados, eficientes y adecuadamente financiados. En este sentido, el último informe emitido por UNICEF arroja que la tasa de lactancia materna está en descendencia de un 74% a un 46% entre los 12 y 23 meses de edad de niño, por lo tanto, afirman que «a partir de la primera hora de vida, si el mundo fuera calificado por la forma en que se alimenta a los lactantes y niños pequeños, recibiría una mala nota».
La leche materna es más que un alimento, es una poderosa medicina adaptada a las necesidades de cada niño. “Desde el equipo médico, incentivamos la lactancia materna y tratamos de priorizarla sabiendo las propiedades y los beneficios que ésta tiene sobre el bebé, la madre y el vínculo entre ambos”, explica la Dra. Soledad Arbio, médica neonatóloga del Hospital J. P. Garrahan.
Asimismo, destacó: “Contamos con un servicio de lactancia que nos ayuda a trabajar con aquellas madres que encuentran dificultades al momento de dar el pecho a sus bebés. Hay madres que son más reticentes en el momento de amamantar y es con ellas con las que el servicio de lactancia trabaja intensamente”.
También debe existir un compromiso en materia de licencias familiares y de lactancia materna en el lugar de trabajo, basado en las directivas sobre protección de la maternidad de la Organización Internacional del Trabajo (OIT). “Uno de los grandes motivos por la baja en la producción de leche es el estrés, por eso es tan importante el entorno y la contención de las mamás, “cuenta Gabriela Fulleringer, puericultora de FUNDALAM.
En ese sentido, manifestó que “en general, las mamás producen la suficiente cantidad de leche como para alimentar a sus bebés ya que el llanto del bebé activa las hormonas de la madre que produce más leche para satisfacer esa demanda”.
Una gran cantidad de madres trabajan y hacen un gran esfuerzo por sostener la lactancia y para lograrlo, necesitan una planificación anticipada, el apoyo de la familia, de su lugar de trabajo e instrumentos que la ayuden a perpetuarla. Es por esto que hoy más del 70% de las mujeres se valen de productos como el sacaleche para poder extender su periodo de lactancia, y hay marcas como Chicco Argentina que desarrollan productos con mecanismos de tecnología de diafragma y copa redondeada que se sujeta mejor al pecho y permite brindarle a la madre más confort y practicidad.
Sobre la importancia de la misma, profesionales del Observatorio Chicco señalaron que «la lactancia materna es una de las etapas más importantes de la maternidad, porque provee ventajas para el bebé y la madre tanto en el aspecto fisiológico, psicológico y en su relación. Cuando el bebé recién nacido mama y succiona del seno, no sólo cubre su necesidad fisiológica primaria, sino que representa el momento de relación con su madre”.
En la última encuesta de lactancia materna elaborada por la Dirección Nacional de Maternidad, Infancia y Adolescencia del Ministerio de Salud de la Nación en 2015, se advierte que “de la comparación de los datos relevados en el 2011 al presente informe se debe destacar el aumento de la proporción de lactancia Materna Exclusiva al 6º mes que pasó del 30% en el año 2011 al 35% en el año 2015 como también el aumento de la lactancia materna continuada que pasó del 61% en el año 2011 al 71% en el año 2015”.
De estos datos se desprende que hubo una mejoría general en el porcentaje de niños amamantados, sin embargo hay que señalar que existe una marcada diferencia en los resultados obtenidos entre las distintas provincias “donde una proporción importante de niños es destetado tempranamente y sólo en una pequeña proporción se practica la lactancia materna exclusiva hasta el sexto mes”, se observa.