País (14/9/17). La retracción se concentrada en la industria manufacturera a causa de la reapertura a las importaciones, la suba de costos, el incremento de tarifas y la caída en la demanda.
El destrozo del empleo asalariado en el sector privado no cesa. La contracción se concentra en la industria manufacturera a causa de la reapertura a las importaciones, la suba de costos que produjo la devaluación, el incremento de tarifas y la caída en la demanda.
De acuerdo a los últimos datos oficiales, se registra un retroceso de 33.000 empleos en lo que va de gestión de Mauricio Macri. Esa cifra es producto de la pérdida de 73.251 puestos en rubros con salarios superiores a la media, frente a una creación de 40.277 puestos en ramas donde los salarios se ubican por debajo del promedio. Sin embargo, los registros oficiales muestran una recuperación gradual en los niveles de empleo total.
“Los puestos perdidos fueron compensados con empleo precario y de menor remuneración, lo que implica un notable deterioro en la calidad del empleo argentino”, se afirma en un documento del Instituto de Trabajo y Economía (ITE) de la Fundación Germán Abdala.
En este sentido, según los registros oficiales se crearon 159.800 puestos de trabajo desde que asumió el gobierno de Cambiemos. Sin embargo, el resultado que se festeja desde el Ministerio de Trabajo trata de una dinámica donde 85 de cada 100 empleos originados durante la nueva administración corresponden a ocupaciones de bajos ingresos: monotributistas, municipales, casas particulares y monotributistas sociales.
En tanto, los datos externos demuestran que el mayor crecimiento de asalariados se produjo en sectores con salarios entre 10 y 25 por ciento debajo de la media de la economía argentina.
Por su parte, la mayor devastación de puestos se da en aquellos asalariados que se encuentran hasta un 10 y 25 por ciento por encima del promedio como la manufactura, la minería o las actividades inmobiliarias.
“La recuperación del empleo privado registrado no solo se ha mostrado débil sino que además se ha modificado su composición, reemplazando puestos de ingresos altos por empleos de menor remuneración”, sostiene el estudio publicado ayer.
El documento del ITE advierte que la transformación en marcha de la estructura laboral impacta a nivel macroeconómico. La hipótesis que implanta Telechea es que los cambios en el empleo explican por qué si bien el nivel de actividad comienza a mejorar, no sucede lo mismo con el consumo masivo de bienes.
“Como los cambios en la composición del empleo mencionados tienen un impacto negativo en la masa salarial, esto repercute negativamente en el consumo masivo de bienes. A su vez, esta nueva configuración entre los asalariados no solo afecta al consumo, sino que probablemente refuerza el efecto en el empleo industrial, dado que la principal demanda de este sector es el alicaído mercado doméstico”, explica el economista.
A su vez, el informe señala un vínculo cercano entre el aumento de las importaciones de bienes de consumo con la destrucción de empleo en sectores industriales como el textil, confecciones, cuero y calzado y automotores.
El deterioro de puestos de trabajo en todos estos sectores (11.560 empleos desde que llegó al gobierno Cambiemos) representa el 26 por ciento de la caída total de 2016. “La mayor parte del debate sobre los problemas económicos del gobierno gira en torno a la inflación, el déficit fiscal y el tipo de cambio. Pero se habla poco sobre el principal problema que tiene este modelo, el empleo. Los problemas en la generación de puestos de trabajo de calidad no sólo no se han solucionado, sino que parece que vinieron para quedarse”, advierte Telechea. (ARGNoticias)