Advierten que el Gobierno nacional gasta más en intereses de la deuda que en salarios

País (9/7/18). Las Letras del Banco Central (LEBAC) son deuda que emite el Banco Central para absorber la emisión de moneda doméstica generada por el muy alto déficit fiscal. El principal objetivo de las LEBAC es reducir excedentes monetarios que agregarían presiones sobre el nivel de precios y el valor del dólar.

La estrategia acordada con el FMI es tender a que sea el Tesoro el que contraiga esta deuda. Esto apunta a que el Banco Central tenga mayor autonomía en el control del dólar y la inflación.

El proceso se inició con licitaciones de Letras del Tesoro (LETES) con la cual el Ministerio de Hacienda propone al público cambiar sus LEBAC por LETES.

La pregunta si este cambio de deuda del Banco Central por deuda del Tesoro generará tranquilidad en los mercados financieros y si es sostenible en el tiempo.

Los datos oficiales dan cuenta que en el último cuarto de siglo la deuda pública del Tesoro nacional medida en moneda dura no dejó de subir

En sólo 2 años de gestión del Gobierno actual la deuda del Tesoro nacional volvió a subir en proporciones similares a las dos etapas anteriores (convertibilidad y, luego en default, financiamiento con emisión monetaria). Este endeudamiento sistemático es la consecuencia de los persistentes déficits fiscales.

«Que el Banco Central deje de contraer deuda para cubrir los desequilibrios del sector público es un paso positivo en favor de la transparencia y la institucionalidad. Pero esto no resuelve el problema de fondo«, afirmó Idesa.

El instituto de estudios advirtió que «así como se cayó en la tentación del gradualismo para eludir decisiones impopulares, preocupa que la reducción de la deuda del Banco Central por la vía de mayor deuda del Tesoro induzca a dejarse caer en una nueva ‘zona de confort'».

En concreto, resulta positivo que el Banco Central deje de endeudarse para contener el exceso de emisión monetaria que provoca el déficit fiscal, pero la solución no es más deuda para el Tesoro sino bajar el gasto público.

Idesa resaltó que «seguir financiando déficit con deuda tiene mayores costos sociales que un ajuste fiscal ordenado». Un indicio en este sentido surge del Informe de Avance del Poder Ejecutivo al Congreso Nacional para el Presupuesto 2019.

Allí se observa que en los primeros 5 meses del año 2018, los pagos de intereses de deuda ya se convirtieron en el segundo ítem de gasto público por detrás de las jubilaciones. «Resulta muy sugerente que en intereses se pasó a gastar más que en remuneraciones de empleados públicos», expresó la centro de estudio de políticas públicas.

Al remarcar que «la aceleración de la inflación y el aletargamiento en la producción demuestran que el gradualismo no evita costos sociales sino que los potencia», Idesa planteó como camino alternativo «abordar  con valentía política una estrategia de ordenamiento del Estado poniendo énfasis en recortar derroches y privilegios».