País (17/7/18). Más de 25 curas villeros del territorio porteño y del conurbano, encabezados por el padre Pepe Di Paola, expresaron su rechazo al proyecto de Interrupción Voluntaria del Embarazo, en el marco de un nuevo plenario de las comisiones en el Senado.
Un grupo numeroso de curas villeros encabezados por el padre Pepe Di Paola, y los obispos Gabriel Barba (diócesis de Gregorio de Laferrere), Eduardo García (San Justo), Gustavo Carrara (Pastoral de las Villlas) y Jorge García Cuerva (auxiliar de Lomas de Zamora) manifestaron su «dolor por la media sanción del proyecto de ley de interrupción voluntaria del embarazo», al que consideran «un eufemismo» cuando debe hablarse de aborto.
En una rueda de prensa llevada a cabo en la parroquia Cristo Obrero, de la Villa 31, sacerdotes de las Villas de Emergencia de la Ciudad y el Gran Buenos Aires dieron a conocer un documento sobre el cuidado de la vida y presentaron “Hogar del abrazo maternal”, una propuesta concreta para acompañar a madres en riesgo de aborto.
Un grupo de mujeres de barrios populares donde los curas viven y trabajan, dieron testimonio desde su experiencia sobre el cuidado de la vida en esos sectores, sobre todo en situaciones conflictivas y de gran vulnerabilidad.
“Como Iglesia presente en villas y barrios populares, donde se viven diversidad de dificultades, queremos renovar nuestro compromiso con la lucha por la Cultura de la Vida y los Derechos Humanos», afirmaron los curas villeros en el documento.
Dirigiéndose concretamente a los senadores, abogaron para que puedan darse cuenta del «inmenso valor que tiene toda vida humana, la de la madre y la de la niña o niño por nacer».
«Proponemos una respuesta concreta a la dificultad de las jóvenes y adolescentes de nuestros barrios que llevan adelante embarazos de riesgo o incluso no deseados ni planificados”, explicaron los sacerdotes haciendo alusión al “Hogar del abrazo maternal”.
Asimismo, manifestaron su firme convicción sobre “la necesidad de cuidar de la vida humana en todas sus etapas, desde la concepción hasta la muerte”, afirmando que “siempre cada ser humano será el rostro de Dios, más allá de su fragilidad”.
Al referirse a la cultura del descarte de las sociedad de hoy, los curas citaron al Papa Francisco quien ha denunciado en innumerables veces esta situación: «Los viejos, los inmigrantes, las personas con discapacidad, los pobres y los niños por nacer molestan, nos piden atención, nos piden cuidado, nos ‘quitan’ comodidades y privilegios; entonces hay una fuerte tendencia a descartarlos, a quitarles el derecho a la existencia. Los proyectos individuales, el nivel de consumo, el bienestar y el confort, por sobre todas las cosas, son los que mandan”, alertaron.
Al reafirmar el rechazo por el aborto legal y las posiciones que argumentan su necesidad como uan cuestión sanitaria en relación a los sectores más desprotegidos de la sociedad, los sacerdotes fueron categóricos en su mensaje: “Con los pobres abrazamos la vida”.
En ese sentido, resaltaron: «Sí, en momentos en que tantos y tantas hablan por los pobres mostrando su ‘preocupación’ por ellos, nuestras comunidades quieren hacer nuevamente visible que las mujeres de nuestros barrios eligen la vida, la vida del niña o niño que vendrá y la de la mujer que lo lleva en su vientre, incluso cuando muchas veces deben hacerlo solas sin un hombre que se haga cargo de su propia paternidad y totalmente ausente o en grandes dificultades”.
En cuanto al “Hogar del abrazo maternal”, un espacio para acompañar a madres en riesgo de aborto, en el pronunciamiento de los curas villeros, se destaca el rol protagónico de las mujeres para harán realidad esta propuesta: «como sujetos de derechos que no solo reciben contención y cuidados, sino que también lo brindan a sus pares».
En el marco de esta iniciativa, los sacerdotes convocaron «a llevar adelante estos Centros para recibir a adolescentes y jóvenes mujeres, que lleven adelante embarazos de riesgo, o inesperados, en condiciones de fragilidad y desamparo”.
