País (24/7/18). Ante el rechazo del plenario de las comisiones a la impugnación que presentaron dos senadores para que no fuera orador, el ministro de Salud de la Nación abrió la quinta jornada de debate del proyecto de ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo. Adolfo Rubinstein, en su defensa a la iniciativa, se cruzó con la senadora salteña, Cristina Fiore.
La primera exposición de la quinta jornada de debate de la iniciativa en el plenario de comisiones del Senado, estuvo a cargo del ministro de Salud de la Nación, Adolfo Rubinstein.
Un sector de la oposición cuestionó la presentación del titular de la cartera sanitaria por considerar que podría incidir en los legisladores porque está actualmente en el cargo y es miembro del Ejecutivo.
Cristina Fiore Viñuales (Partido Renovador-Salta) y Guillermo Snopek (PJ-Jujuy) le presentaron una nota al presidente de la comisión de Salud Mario Fiad (UCR.-Jujuy) para impedir que el funcionario exponga; algo que finalmente no prosperó.
Los parlamentarios reclamaron que Rubinstein no fuera orador para “evitar posibles influencias que el Poder Ejecutivo pueda pretender realizar en la toma de decisión de los legisladores». En esa línea, objetaron «la participación activa» del ministro en el debate sobre la legalización del aborto porque «afecta claramente los principios de poderes del Estado».
Asimismo, vincularon al titular del Ministerio de Salud con la Planned Parenthood Foundation (IPPF), una organización que los sectores antiabortistas aseguran que fomenta la práctica para beneficiarse económicamente.
Por su parte, Rubinstein aseguró que no conoce a la Planned Parenthood Foundation y se quejó: “Se dijeron barbaridades que no estoy dispuesto a aceptar”, consignó TN.
En su presentación ante el plenario, el funcionario exhibió datos y estadísticas sobre el tema y destacó que «desde 2005 en adelante se ve una tendencia declinante de los egresos hospitalarios por aborto que tiene que ver con políticas de salud y mayor acceso a anticonceptivos hasta el uso más extendido del tratamiento farmacológico del aborto, con misoprostol».
Al referirse a los costos, indicó que, en caso de aprobarse la media sanción proveniente de Diputados, «serían 30 veces menor a los actuales». Afirmó también que de aprobarse la ley, «bajarían de manera dramática las complicaciones que pueden generarse y así evitar o disminuir las internaciones en un 98% menos» de casos.
Que lindo hubiera sido que @RubinsteinOk nos hubiera visitado para pedir más fondos para la anticoncepción y educación sexual y programas que reduzcan efectivamente el drama del aborto, en vez de elegir el camino fácil del descarte de argentinos por nacer…
— Cristina Fiore (@fiore_cristina) 24 de julio de 2018
En su intervención, la senadora Fiore le consultó al ministro: “Usted es ministro de Salud. El Presidente dice una cosa, usted dice otra ¿En qué carácter nos está hablando? Como funcionario responda cuál es la postura del Gobierno».
Rubinstein respondió que fue citado para fijar la posición de la salud pública sobre el tema y aclaró: “Hablo en nombre del ministerio de Salud, no del Gobierno. el Presidente tiene una opinión contraria, no puedo arrogarme el nombre del Gobierno”.
La parlamentaria por Salta también le trasladó el interrogante de por qué el Estado prioriza legalizar el aborto si es la causa de mortalidad materna número 70. En su respuesta, Rubinstein explicó que, aunque no sea el primer problema de Salud Pública, “es un problema que existe, afecta a población vulnerable y legalizarlo produce resultados inmediatos”.
“Esto es una solución que como ministro no puedo desatender”, agregó. Y aseguró que el Ejecutivo está focalizado en la prevención para encontrar una solución a largo plazo.
Dos voces en contra
El abogado y diputado de la Cámara de Representantes de la República Oriental del Uruguay, Gerardo Amarilla inició su presentación precisando que «la ley de interrupción voluntaria del embarazo en Uruguay no consagra el derecho al aborto, establece la despenalización del mismo para ciertos casos».
Luego de exhibir estadísticas propias, el abogado uruguayo consideró que «la ley de interrupción voluntaria del embarazo no era una necesidad de la sociedad sino que fue impuesta desde fuera». Se manifestó en contra de la media sanción aprobada en Diputados al sostener que «estas leyes vulneran derechos humanos fundamentales».
Por su parte, el jefe del Servicio de Obstetricia del Hospital Austral, Ernesto Beruti, se manifestó en contra del proyecto en debate y preguntó a quienes están a favor «qué les hace pensar que ese embrión humano cuyo corazón late hace 28 días, no es una vida humana. Por qué es tan difícil aceptar esa evidencia». Concluyó su ponencia diciendo que «no se puede privilegiar la libertad sobre la vida». (TN y Redacción)