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Aborto legal: Obispos calificaron como «desacertado» el voto a favor de los senadores cordobeses

Córdoba (26/7/18). Los obispos de las seis diócesis que conforman el territorio cordobés emitieron una carta abierta en la que se pronuncian sobre la propuesta de los senadores que representan a la provincia  acerca de la ley de interrupción voluntaria del embarazo.

“Con respeto y la mayor claridad posible”, exponen en once puntos sus observaciones sobre los aspectos éticos de dicha propuesta, basados en la búsqueda de “la justicia, la paz, el bien común, una vida plena y digna para todos”. 

En respuesta a la propuesta de los senadores de la provincia de Córdoba sobre la ley de interrupción voluntaria del embarazo, los obispos de las seis diócesis presentes en el territorio cordobés emitieron una carta abierta en la que exponen sus consideraciones sobre los aspectos éticos de dicha propuesta. 

La carta está firmada por monseñor Carlos José Ñáñez, arzobispo de Córdoba; monseñor Adolfo Uriona FDP, obispo de Villa de la Concepción del Río Cuarto; monseñor Sergio Osvaldo Buenanueva, obispo de San Francisco; monseñor Samuel Jofré, obispo de Villa María; monseñor Ricardo Araya, obispo de Cruz del Eje; monseñor Gustavo Zurbriggen, obispo prelado de Deán Funes; y los obispos auxiliares de Córdoba, monseñor Ricardo Seirutti y monseñor Pedro Torres. 

“Los que profesamos la fe católica, como la mayoría de los argentinos, queremos la justicia, la paz, el bien común, una vida plena y digna para todos”, afirman en el comienzo del documento, que expresa en once puntos “con respeto y la mayor claridad posible” las consideraciones de los prelados. 

“Los obispos de las seis diócesis presentes en el territorio cordobés, sentimos el deber de expresarnos acerca de la propuesta de los senadores de nuestra provincia sobre la ley de interrupción voluntaria del embarazo. Dicha ley cuenta con la media sanción de Diputados, y los senadores tienen la grave responsabilidad de dar su voto sobre ella. A nadie se le oculta la importancia, complejidad y gravedad de la materia sobre la que están legislando: la dignidad de la vida, tanto del ser humano en gestación como de la madre gestante”, destacan. 

“Por las mismas razones, nosotros, como pastores y ciudadanos, sentimos también el deber de hacerles llegar a los cordobeses nuestra valoración de algunos aspectos de esta propuesta”, expresan. 

Ante todo, reconocen “la oportunidad de incluir expresamente la objeción de conciencia institucional”, considerando que “insólitamente, la ley con media sanción, mientras admite, aún con incomprensibles restricciones, la objeción individual, prohíbe taxativamente la objeción institucional”. 

Si bien asumen que la propuesta de los senadores cordobeses es un aporte importante en esta delicada materia, los prelados la consideran “insuficiente”. 

El tema de fondo, no resuelto en esta propuesta, advierten, es en primer lugar “cómo acompañar el drama de las mujeres que han sufrido violencia o abandono, y que viven un embarazo no querido; en segundo lugar, y es lo más decisivo, cómo legitimar la injustificable muerte de un inocente”. 

Por otro lado, afirman que sería “desacertado” el voto aprobatorio por parte de los senadores, ya que creen que “no expresa ni el sentir de muchos cordobeses, ni el rico cimiento jurídico a favor de la vida de nuestra Constitución Provincial”. 

La expresa oposición al aborto, explican, “no surge, en primer término, de un dogma o de razones puramente religiosas. La defensa y cuidado de la vida por parte de todos y del Estado es cuestión de humanismo y racionalidad más allá de las creencias religiosas personales de cada uno”, aclaran. 

“Creemos que una democracia que no respete toda vida humana se convierte visible o encubiertamente en dictadura de los que ostentan más poder”, señalan, “porque cuando no se respeta la vida del más débil la libertad se convierte en ocasión de dominio y arbitrariedad”. 

A continuación el texto completo de la Carta Abierta:

Yo he venido para que tengan vida,

y para que la tengan en abundancia”(Jn 10.10)

En 1983, a poco de haber retomado el camino de la democracia, los obispos argentinos publicaban el documento “Dios, el hombre y la conciencia”. Estábamos saliendo de un período oscuro: pocas veces en la historia joven de nuestro país se había avasallado la dignidad de la vida como entonces. Los obispos nos invitaban a reconstruir nuestra Nación a partir de sus bases morales y culturales más profundas. Proponían para ello un examen de conciencia (que en la actualidad sigue siendo necesario) para que cada uno pudiera identificar su responsabilidad y un compromiso nuevo con la dignidad de todo hombre.

Hoy vivimos en democracia. Podemos así expresarnos con libertad, e incluso peticionar a nuestros gobernantes para que tengan en cuenta los legítimos puntos de vista de los ciudadanos. Los que profesamos la fe católica, como la mayoría de los argentinos, queremos la justicia, la paz, el bien común, una vida plena y digna para todos.

Los obispos de las seis diócesis presentes en el territorio cordobés, sentimos el deber de expresarnos acerca de la propuesta de los senadores de nuestra provincia sobre la ley de interrupción voluntaria del embarazo. Dicha ley cuenta con la media sanción de Diputados, y los senadores tienen la grave responsabilidad de dar su voto sobre ella. A nadie se le oculta la importancia, complejidad y gravedad de la materia sobre la que están legislando: la dignidad de la vida, tanto del ser humano en gestación como de la madre gestante.

Por las mismas razones, nosotros, como pastores y ciudadanos, sentimos también el deber de hacerles llegar a los cordobeses nuestra valoración de algunos aspectos de esta propuesta. Con respeto y la mayor claridad posible, les hacemos llegar estas observaciones que se detienen en los aspectos éticos de la propuesta.

Hasta aquí nuestro aporte. Como creyentes, invocamos a Jesucristo, el Señor de la historia, implorando las luces necesarias para los legisladores de la nación  y todos los que tienen que tomar estas decisiones tan importantes para la vida y futuro de los argentinos y cordobeses.

Con afecto y respeto.

Córdoba, 26 de julio de 2018

 

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