Gobiernos renuevan su condena contra el terrorismo en todas sus formas

CABA/País (19/7/19). Fue en el marco de la Segunda Conferencia Ministerial Hemisférica de Lucha contra el Terrorismo que organizó el Gobierno argentino.

La Segunda Conferencia Ministerial Hemisférica de Lucha contra el Terrorismo expresó su «preocupación por las actividades que redes de Hezbollah continúan realizando en algunas áreas del Hemisferio Occidental».

Asimismo, advirtió sobre el riesgo de que grupos terroristas puedan ampararse en situaciones de conflicto interno y citaron como ejemplo a «Venezuela, para potenciar sus actividades delictivas en la región».

La Argentina fue el país anfitrión de la Conferencia en la que participaron: Bahamas, Brasil, Canadá, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, El Salvador, Estados Unidos de América, Guatemala, Honduras, Jamaica, Panamá, Paraguay y Perú. También asistieron México, Uruguay y el Comité Interamericano Contra el Terrorismo (CICTE), en calidad de Observadores.

En el comunicado conjunto difundido al término de las deliberaciones en el Palacio San Martín, los países que formaron parte de la Conferencia condenaron al terrorismo «en todas sus formas y manifestaciones, cualesquiera que sean sus motivaciones, enfatizando que constituye una amenaza para la paz y la seguridad de los países y de la comunidad internacional toda».

En el pronunciamiento, se afirmó que «las organizaciones terroristas ISIS/Daesh y Al-Qaida, y sus organizaciones afiliadas, constituyen una amenaza a la seguridad colectiva, a la seguridad de los ciudadanos dentro y fuera de sus territorios y a todas las personas dentro de sus respectivas jurisdicciones.

La Conferencia expresó «su preocupación por las actividades que redes de Hezbollah continúan realizando en algunas áreas del Hemisferio Occidental».

Y, reconoció como «una amenaza a la estabilidad de la región» la acción del Ejército de Liberación Nacional (ELN), el cual perpetra «actos de inaceptable violencia y obtiene financiamiento de origen ilícito», indicó. Asimismo, manifestó su rechazo a las actividades criminales de Sendero Luminoso.

En el documento, los cancilleres señalaron su preocupación acerca del «riesgo de que grupos terroristas puedan ampararse en situaciones de debilidad institucional, conflicto interno u otros similares, como por ejemplo Venezuela, para potenciar sus actividades delictivas en la región».

Destacaron la necesidad de «incrementar la cooperación internacional  en la lucha contra el terrorismo y su financiación», a través del intercambio ágil de información y buenas prácticas a fin de reducir las vulnerabilidades como también a través del uso de la asistencia judicial mutua y de la extradición y de la implementación de alertas de viaje.

Los países que participaron de la Conferencia se comprometieron a «negar cobijo o estatus de refugiado o asilo, de conformidad con sus legislaciones nacionales, a los terroristas y financistas del terrorismo que se desplazan hacia y desde zonas de operaciones y a impedir que sus respectivos territorios sean utilizados para el reclutamiento terrorista, la radicalización y para propaganda terrorista».