País (30/9/19). La think tank argentina destacó que se necesita una estrategia integral liderada por el Estado nacional y apoyada por los movimientos y organizaciones sociales, los sindicatos y las empresas. Asimismo, pidió mitigar los efectos de la crisis.
Los datos publicados este lunes por el Indec confirman que la pobreza aumentó en el último año: hay 3,7 millones de personas más en la pobreza respecto al mismo semestre de 2018. De este modo, 35,4% de la población del país se encuentra en situación de pobreza.
A su vez, esta cifra aumenta si se observa a los niños y adolescentes: de ellos, el 52,6% están en la pobreza. Dicho de otro modo, la mitad de niños y adolescentes son pobres.
Cippec y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), con el apoyo técnico del Centro de Estudios Distributivos, Laborales y Sociales (CEDLAS), elaboraron el documento “El desafío de la pobreza en la Argentina”, que analiza la llamada pobreza crónica, es decir, la que persiste aún etapas de bonanza macroeconómica.
El estudio fue discutido con referentes de diversos sectores de la sociedad para esbozar los ejes centrales de una estrategia para la reducción de la pobreza.
Dado el contexto macroeconómico adverso, se recomienda sostener y ampliar las transferencias a las familias con niños y adolescentes y las políticas de seguridad alimentaria.
En segundo lugar, se proponen medidas que rompan con la reproducción intergeneracional de la pobreza, mejoren las condiciones de trabajo, y aseguren el financiamiento para ello.
“Es necesario recuperar la estabilidad y la senda del crecimiento económico, pero eso es insuficiente para eliminar la pobreza. Incluso aunque la economía creciera a un 3% anual en los próximos cinco años, la pobreza no bajaría del 20%”, afirmó Gala Díaz Langou, directora del programa de Protección Social de CIPPEC, y coautora del documento “Pobreza crónica”.
“Por eso, es fundamental contar con una estrategia integral liderada por el Estado con apoyo de diversos sectores, incluyendo movimientos y organizaciones sociales, sindicatos y empresas. Se deben consensuar medidas sostenibles que tengan en consideración la atención urgente de las necesidades inmediatas y medidas de mediano y largo plazo”, agregó.
Mitigar los efectos de la crisis
Desde Cippec se advirtió que el próximo Gobierno deberá enfrentar los impactos negativos de la crisis económica con políticas con impacto directo y automático sobre los ingresos de los hogares más vulnerables.
Esto implica universalizar y fortalecer las transferencias a hogares con niños y adolescentes y reforzar las políticas para asegurar la provisión de alimentos de calidad en los sectores de menores ingresos.
La think tank argentina expresó que es necesario que los montos de las transferencias se actualicen regularmente, tomando como referencia al valor de la canasta básica total por niño.
Aumentar las asignaciones en 0,6% del PBI permitiría reducir la pobreza infantil en un 25% y un 13% de la pobreza del total de la población. Más de la mitad de la inversión inicial sería recuperada a través del cobro de impuestos, por lo que la inversión neta se reduciría a 0,2% del PBI.
También promovió fortalecer el Plan Nacional de Seguridad Alimentaria que es el instrumento principal en materia de alimentación y nutrición a nivel nacional. En particular, hizo hincapié en reforzar los comedores escolares y comunitarios y las tarjetas alimentarias.
Empleo y formalización laboral
Por otro lado, Cippec indicó que avanzar de forma prioritaria en la urgencia no implica desconocer que el principal factor que dificulta la salida de la pobreza de las familias son las condiciones de trabajo.
Si bien las personas en condición de pobreza crónica trabajan, padecen en mayor medida la informalidad, el desempleo y la inseguridad de ingresos.
Al respecto, enfatizó que es fundamental que la próxima gestión de Gobierno garantice la inversión en capital humano y la formalización laboral a fin de evitar la reproducción intergeneracional de la pobreza.