País (16/10/19). A último momento su defensa solicitó suspender la declaración. Fue reprogramada para el miércoles próximo por el Tribunal Oral Federal 4.
Lázaro Báez pidió suspender sorpresivamente la que iba a ser su primera declaración indagatoria en el marco del juicio oral por la «Ruta del dinero K», que comenzó hace más de un año.
El dueño de Austral Construcciones, acusado de lavar 60 millones de dólares, había pedido hablar ante el Tribunal Oral Federal 4, pero sus abogados presentaron un escrito en el que argumentaron que el acusado no pudo acceder a toda la documentación requerida para preparar su defensa.
De esta forma, el empresario K será indagado el próximo miércoles ya que solicitó ser el último en la lista. A su vez, se negó a ser trasladado este miércoles hasta los tribunales federales de Retiro para estar presente en una nueva jornada del juicio, consignó TN.com.ar
Baéz había rechazado declarar en el inicio del juicio que también tiene en la mira a sus hijos, Leonardo Fariña, Fabián Rossi, Federico Elaskar, entre otros acusados.
El frente judicial del empresario patagónico también incluye el litigio en su contra por el direccionamiento de la obra pública en Santa Cruz, expediente en el que también está involucrada la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner.
El juicio atraviesa una de las etapas finales, ya que en noviembre comenzarán los alegatos para que recién en 2020 se conozca la sentencia del caso.
La sentencia del caso podría conocerse antes del 5 de abril, cuando Báez cumplirá cuatro años con prisión preventiva.
Fariña ratificó sus dichos
Por su parte, el imputado colaborador Leonardo Fariña, quien ya prestó declaración indagatoria a lo largo del debate iniciado hace un año, y hoy ratificó que todas las órdenes para maniobras ilegales las recibió de Báez.
«Esperaba ansioso que declare hoy», dijo Fariña sobre el empresario. «Las órdenes las daba siempre Lázaro, nunca una decisión trascendió al señor Lázaro Báez», publicó Télam.
Ademas, reiteró que para él hubo maniobras de lavado por 265 millones de dólares y que en persona intervino en la primera parte de la compra de una financiera, SGI -conocida como «la Rosadita» en Puerto Madero, por tres millones de euros, y también del campo Entrevero, en Uruguay, para Báez.