
Buenos Aires/País (8/12/19). A menos de dos días del cambio de gobierno, el presidente saliente y su sucesor compartieron una celebración religiosa en la Basílica de Nuestra Señora de Luján.
El presidente Mauricio Macri y el mandatario electo Alberto Fernández participaron hoy juntos de la misa convocada por la Conferencia Episcopal Argentina en la basílica de Luján para pedir por la «unidad» y la «paz» a menos de dos días del cambio de gobierno, en un clima de cordialidad que compartieron también los funcionarios entrantes y salientes.
Macri y Fernández (junto a sus respectivas parejas) llegaron minutos antes de las 11, casi en forma simultánea, se saludaron y caminaron juntos el sendero vallado que los condujo a sus lugares, ubicados en la primera fila central, frente al altar montado de espaldas a la basílica.
El oficio religioso, que tuvo lugar en la explanada de la Basílica, fue encabezado por monseñor Oscar Ojea, titular del Episcopado, con la homilía a cargo del arzobispo de Mercedes-Luján Jorge Eduardo Scheinig.
El presidente saliente y el mandatario electo, estuvieron acompañados no sólo por sus parejas, Juliana Awada y Fabiola Yañez, sino también por gran parte de sus gabinetes, el saliente y el que comenzará a partir del martes en sus acciones de Gobierno.
Asimismo, estuvieron presentes Gabriela Michetti, Esteban Bullrich, Roberto Lavagna y Daniel Arroyo, entre otros.
La misa por el Día de la Virgen fue convocada por La Conferencia Episcopal Argentina, junto a la Arquidiócesis de Mercedes-Luján, para todos los sectores sociales y políticos que deseaban participar con el objetivo de a rezar “juntos por la Patria».
La homilía estuvo a cargo de monseñor Jorge Eduardo Scheinig, arzobispo de Mercedes-Luján y al final, representantes de otros credos hicieron una invocación interreligiosa y ecuménica.
Se pidió por la «unidad» y la «paz»; solicitud al que se unieron en oración los representantes de los diferentes credos que conviven en Argentina.
“Para seguir construyendo esta Nación bendita necesitamos de todos. Nadie sobra en esta construcción”, afirmó el arzobispo de arzobispo de Mercedes-Luján, monseñor Jorge Eduardo Scheinig.
El arzobispo de Mercedes-Luján invitó a “pedir especialmente por la unidad” y sostuvo que “la unidad es un don y es también una tarea”.
“Debemos hacer todo lo posible por resistir y no caer en la tentación de querer destruir al otro. En la Patria, el otro es mi hermana, es mi hermano”, enfatizó.
Si bien durante toda la misa, tanto Macri como Fernández intercambiaron gestos de amabilidad, hubo dos momentos históricos, cuando se saludaron con un beso y un abrazo, al momento del Saludo de la paz, al final de la misa, y luego de las oraciones pronunciadas por los titulares de las distintas religiones, cuando Ojea pidió un nuevo saludo.
El intercambio final entre ambos mandatarios se constituyó en símbolo del clima que reinó en este oficio religioso, que se extendió también a los colaboradores de ambos gobiernos, el que se va y el que llega.
«Fue una misa muy emotiva y muy linda, llegó la hora de estar juntos para siempre, el secreto es respetar, no pensar igual», manifestó Alberto Fernández a la prensa como broche de la convocatoria que hizo la Iglesia en pos de terminar con la grieta y trabajar por la «paz» y la «unidad». (Télam y Redacción).