País (18/4/20). En situaciones de emergencia sanitaria la atención de los pacientes con asistencia respiratoria mecánica requiere un suministro de aire medicinal ultra limpio, ininterrumpido y absolutamente confiable.
De ahí la importancia de que los hospitales, centros odontológicos, laboratorios y entornos de trabajo clínico estén equipados con respiradores artificiales que aseguren esta calidad de aire, sean seguros y estén debidamente certificados.
Un respirador o ventilador es una máquina que respira por el paciente o que lo ayuda en este proceso en caso de padecer una insuficiencia respiratoria. Este equipo tiene la capacidad de administrar el correcto suministro de la mezcla aire-oxigeno que el paciente necesita como soporte vital para su estado de salud.
El aire medicinal puede ser generado a partir de dos tipos diferentes de compresores: los exentos de aceite y los lubricados. La diferencia sustancial entre ambos radica en que los primeros están homologados como Clase 0 (Cero) –de acuerdo con la norma ISO 8753- lo que implica cero riesgos de penetración de aceite en los conductos de los hospitales, cero daños al equipo y, sobre todo, cero riesgos para el paciente que requiere respiración asistida.
¿Qué condiciones elementales reúnen los compresores y secadores que suministran aire medicinal?
Pureza insuperable: protegen el aire de una gran variedad de contaminantes, tales como, vapores, aceites, gases, partículas sólidas y microorganismos.
Aire 100% exento de aceite: la certificación ISO 8573-1 de Clase 0 prueba que los compresores exentos de aceite están diseñados para eliminar por completo cualquier riesgo de penetración de aceite en los conductos de las instalaciones sanitarias, que acabaría llegando a los pacientes.
Certificación médica previa: cumplen con todos los requisitos de seguridad y las regulaciones del sector médico (normas IRAM, Directiva sobre Productos Sanitarios MDD 93/42/CEE, ISO 7396-1, ISO 14971, memorandos técnicos sobre salud HTM 02-01 y HTM 2022 -UK-, entre otros). Además, los filtros de polvo seco PDp han sido sometidos a exhaustivas pruebas y certificados por un laboratorio externo para demostrar que son aptos como filtros bacterianos.
El aire medicinal se genera en una sala de máquinas y es administrado y distribuido a cada una de las unidades para ser utilizado en diversas aplicaciones: ventilación mecánica en unidades intensivas o coronarias, limpieza, administración de medicamentos a través de nebulizadores, anestesia, ensayos, secado de productos sanitarios e incluso para el mantenimiento de equipos médicos.
Por ejemplo, el aire quirúrgico se usa en las herramientas neumáticas del quirófano (taladro, escariador, aserrador, disecador, golpeador y atornillador) como también para el funcionamiento del techo neumático o para realizar pruebas en dispositivos médicos.
“En Atlas Copco contamos con una amplia gama de productos para cubrir las necesidades de la industria sanitaria. Desde Europa y América producimos y distribuimos compresores y generadores de aire medicinal para todo el mundo. Pusimos en marcha un procedimiento específico para dar prioridad a los pedidos provenientes del sector sanitario y sectores con actividades esenciales. Trabajamos para apoyar a estas industrias con nuestras soluciones, el soporte de los especialistas y el servicio postventa en los tiempos difíciles que nos toca vivir, tarea que nos gratifica” señaló Sergio Farina, Gerente de Producto división Industrial Air.