
CABA (17/5/20). Reabrieron con nuevas ubicaciones y con un protocolo de seguridad e higiene para seguir cumpliendo con el distanciamiento social.
La gran diferencia que tendrán las ferias es que ahora atienden hacia la calle y no hacia la vereda como lo hacían antes. Y abren con todo el protocolo de salud y seguridad que necesitan para atender a los vecinos asegurando el distanciamiento social.
Cada feria cuenta con accesos únicos en sus extremos. Una vez alcanzada la capacidad máxima de personas que pueden estar dentro de la feria, los vecinos deben esperar en el acceso respetando el distanciamiento social. A medida que se retiren vecinos, ingresan nuevos.
Hay una nueva distancia mínima de, aproximadamente, 5 metros entre los puestos de feriantes. Las Ferias se caracterizan por ser flexibles en cuanto a su armado, con lo cual hay estrictos controles para cumplirlo.
Todas sus ubicaciones son en la calle para evitar ocupar lugar en las veredas. Estas últimas se reservan exclusivamente para que los peatones puedan mantener la distancia. La instalación y funcionamiento de cada feria se realiza mediante cortes de tránsito y desvíos en caso de ser necesario.
En esta etapa no se habilitan las ferias cercanas a los centros de trasbordo y zonas de alto tránsito (por ejemplo, Plaza Constitución o zona Estación Retiro) para evitar la concentración de vecinos en un mismo lugar.

Los feriantes deben cumplir con un estricto protocolo de higiene en sus puestos de trabajo: tener barreras de nylon para proteger la mercadería y una desinfección sobre todas las superficies con una periodicidad mínima de una vez por hora. La desinfección debe realizarse con una mezcla de hipoclorito de sodio de uso doméstico (lavandina) con concentración mínima de 55 gramos por litro de agua.
Además, deben contar con un rociador para vitrinas de vidrio y superficies de acero con una solución de 70% alcohol y 30% de agua cada 30 minutos. Los puestos también deben tener un dispenser de alcohol en gel para los vecinos, y otro para los feriantes.
Todos los feriantes tienen que usar la vestimenta reglamentaria sin excepción y guantes de látex que deben ser cambiados cada 30 minutos. También deben contar con tapabocas de color blanco preferentemente.
Los vecinos no pueden estar en contacto con la mercadería del puesto y deben mantener una distancia mínima de 1.5 metros entre ellos. Para eso hay señalización en el piso y cada feriante organiza las filas con números. Se ofrece atención prioritaria a adultos mayores y embarazadas.
Los feriantes pueden brindar además un servicio de entrega a domicilio o encargo previo para ser retirado y así permanecer la menor cantidad de tiempo en el espacio público.
Todos los feriantes deben contar con los permisos de circulación pertinentes. Para garantizar todas estas medidas, los inspectores del Gobierno de la Ciudad controlan el cumplimiento del protocolo establecido y reportan tanto el incumplimiento del mismo, como así también los casos de personas que no se encuentren en buen estado de salud.