País (26/8/20). Los establecimientos de salud públicos y privados deberán tener un equipo específico para estas situaciones. El protocolo establece una estrategia de comunicación que deben considerar quien será interlocutor del equipo que se contactarán con las familias, e indicarán cómo se llevará adelante el acompañamiento presencial.
El Ministerio de Salud de la Nación emitió en la tarde de hoy una serie de recomendaciones para que «pacientes con Covid-19 que transitan sus últimos días de vida, puedan ser acompañados».
Al respecto, la cartera a cargo de Gines González García expresó que «estas recomendaciones pretenden lograr una mirada federal y multidisciplinaria contemplando una situación epidemiológica dinámica y la evidencia científica disponible aportando nuevos conocimientos en relación al SARS-CoV-2 con los que no se contaba al inicio de la pandemia».
Salud explicó que «el propósito principal es lograr acompañar en los últimos días de vida a las personas que transitan ese doloroso momento. Garantizar aspectos que permitan a los pacientes afrontar el proceso final de su vida con dignidad y permitir a familiares/allegados la posibilidad de despedida presencial de sus seres queridos».
No obstante, dejó en claro cuál es el contexto en donde se aplicarán las «estrategias que habiliten entornos más empáticos ante determinadas situaciones».
Ante las circunstancias, se deben adoptar «medidas muy estrictas para prevenir la transmisión de una infección con alta contagiosidad y letalidad en poblaciones de personas mayores de 60 años y/o con comorbilidades», acentuó.
Recomendaciones
El Ministerio de Salud de la Nación recomendó «a todos los establecimientos y servicios de salud, públicos y privados, dentro de sus posibilidades, armar un equipo específico para estas situaciones que debería incluir médicos/as, enfermeros/as, profesional de la salud mental, profesional social (trabajador/a social por ejemplo) entre otros/as».
Las recomendaciones son a sabiendas de que, a pesar de los esfuerzos realizados, muchos servicios de salud atraviesan falta y sobrecarga de personal y no cuentan además con infraestructura o insumos adecuados para poder llevarlas a cabo.
El protocolo establece una estrategia de comunicación que deben considerar quien será interlocutor del equipo que se contactarán con las familias, e indicarán cómo se llevará adelante el acompañamiento presencial.
Establece que los acompañantes deben reunir determinadas condiciones, como tener preferentemente entre 18 y 60 años de edad, gozar de buena salud en general, y no tener factores de riesgo. Sin dudas debe considerarse cada situación en particular para definir los pasos a seguir, ya que si se implementan los cuidados apropiados el riesgo disminuye.
Define la necesidad de elaborar un consentimiento que aclare el riesgo potencial y explique los procedimientos permitidos y desaconsejados.
Recomienda que la persona designada reciba apoyo y contención de especialistas en salud mental en el manejo de situación de final de vida y duelo.
Establece que, siempre que la condición del paciente lo permita, se debería brindar al familiar/allegado la posibilidad de contactarse a través de dispositivos digitales con comunicaciones o video llamadas.
Destaca la importancia de que la institución ofrezca supervisión y contención al equipo de salud involucrado. Que se generen espacios para escucha activa, contención individual y para líderes de equipos.