
País. Informe del Senasa brinda datos de su producción, los controles que atraviesa y algunas claves a la hora de conseguir este fruto de estación. Durante 2020, la Argentina exportó 2.3 mil toneladas de durazno fresco, cuyos principales destinos fueron Brasil (1583 tn), Paraguay (543 tn) y Bolivia (201 tn).
Sano, dulce y jugoso, las características del durazno que invitan a degustar esta fruta deliciosa que florece en primavera y se cosecha en verano. No solo es un manjar sino que además posee propiedades nutritivas (tiene bajas calorías, muchas vitaminas y minerales), es refrescante y es ideal para incorporar en preparaciones como postres, licuados y mermeladas.
El Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) recomienda la ingesta de esta fruta de producción nacional, cuyo cultivo controla en cuanto a sanidad, inocuidad y calidad.
Las normas elaboradas por el organismo sobre buenas prácticas agrícolas e higiene para frutas y hortalizas favorecen que este producto inocuo –cultivado en forma segura, cuidando el ambiente y la salud de los trabajadores– llegue a personas consumidoras alrededor del mundo.
Regiones productivas
La provincia de Mendoza concentra el 83% de la producción de duraznos del país por sus características climáticas propicias para el cultivo. En aproximadamente 6.000 hectáreas implantadas, se trabaja con árboles de tamaño mediano y longevo.
San Rafael, General Alvear, Valle de Uco y el Este mendocino son las principales zonas del país que producen una de las frutas más ricas que existen a través de plantas industriales y empaques de fruta fresca, que el Senasa registra y habilita, y en donde controla las condiciones necesarias de acondicionamiento y procesamiento.
Asimismo, la región Patagónica concentra el cultivo de duraznos, caracterizado por una producción tardía debido a su latitud, en las provincias de Río Negro y Neuquén con 750 hectáreas implantadas. El Programa Nacional de Control y Erradicación de las Moscas de los Frutos (PROCEM) del Senasa trabaja en ambas regiones para reducir el impacto socioeconómico ocasionado por esta plaga, a través del monitoreo, la prevención y el control.

Plantaciones
El material vegetal utilizado para comenzar estas plantaciones es un punto clave, por eso proviene de viveros que también son controlados y regulados por el Senasa.
Los viveros deben estar inscriptos en el Registro Nacional Fitosanitario de Operadores de Material de Propagación, Micropropagación y/o Multiplicación Vegetal (Renfo) y, los establecimientos productores, en el Registro Nacional Sanitario de Productores Agropecuarios (Renspa). La identificación del origen del material de propagación es importante dado que, ante la aparición de un problema fitosanitario en el cultivo, permite tomar medidas que eviten la dispersión de plagas.
Comercio
La Argentina se encuentra entre los tres principales oferentes de durazno del hemisferio sur, por lo que ha logrado que sus productos ingresen en los mercados del hemisferio norte en contraestación.
El resultado de esta cadena productiva posiciona al país entre los principales productores a nivel mundial con más de 100 mil toneladas anuales (producción para industria y fresco) y específicamente como sexto productor mundial de duraznos en lata. En este sentido, el rol del Senasa es clave, ya que controla la sanidad e inocuidad del producto que se exporta e interviene en la importación de material vegetal para viveros.
La producción argentina de duraznos se reparte en la industria (+60%), el consumo en fresco (+30%) y la exportación en fresco (+1%). Los principales destinos de la industrialización son el durazno en conserva (en mitades comunes, cubeteados, ensaladas de frutas o coctel de frutas) y las pulpas que se destinan, en su mayoría, al mercado externo y se usan en bebidas saborizadas, gaseosas y dulces.
Durante 2020, la Argentina exportó 2.3 mil toneladas de durazno fresco, cuyos principales destinos fueron Brasil (1583 tn), Paraguay (543 tn) y Bolivia (201 tn).
Al mismo tiempo, una gran parte de la producción de duraznos se encuentra disponible para el mercado interno.