País. Aunque la debacle no fue homogénea. «La construcción se perfila como otro de los motores de la recuperación», señaló la consultora.
La pandemia y la cuarentena golpearon con fuerza a la economía, que cayó cerca del 10%, alcanzando el tercer año de caída consecutiva, pero el impacto no fue homogéneo sectorial ni temporalmente, aseguró en su informe la consultora Ecolatina.
«La economía terminó 2020 recuperándose más rápido de lo esperado, e incluso con algunas ramas superando los niveles de actividad pre-pandemia», consideró el estudio de la compañía.
Agregó que «inicialmente, la progresiva reapertura de las actividades, la necesidad de recomponer stocks y la mayor permanencia en los hogares dieron forma a la primera etapa de rebote».
«Desde entonces, la distinción entre rubros esenciales y no esenciales fue perdiendo centralidad para explicar las distintas trayectorias sectoriales», consideró la entidad.
Al respecto, explicó que «la disparada de la brecha cambiaria y los temores de devaluación, además de las mejoras en planes de financiamiento, volcaron el esquema de incentivos al consumo de bienes durables con elevados componentes importados».
«La economía entró a 2021 con dos grandes interrogantes: el frente cambiario y el frente sanitario. En un año electoral, el gobierno apostará a atrasar al dólar oficial para moderar la inflación apostando a una abundante liquidación de agro-dólares y al control de cambios e importaciones», advirtió.
Ecolatina agregó que «el Ejecutivo apuntalaría el gasto de las familias a través de financiamiento barato, como por ejemplo el plan Ahora 12».
Al analizar los sectores más favorecidos, la consultora dijo que «tras sufrir un fuerte golpe en el momento más complejo del ASPO, las ventas de electrodomésticos, autos, motos, muebles e insumos vinculados al mantenimiento y reparación de la vivienda han venido mejorando sensiblemente, traccionando distintas ramas industriales».
«Si bien este veranito del consumo sería de corto aliento, de no mediar una corrección cambiaria abrupta -algo que no prevemos en el corto plazo- la reactivación de estos sectores se extendería», añadió. Explicó que «una parte de este crecimiento obedeció al adelanto de compras al exterior en vistas de una devaluación, es probable que la demanda modere su ritmo».
«En igual sentido, las restricciones de oferta registradas en algunas cadenas de comercialización, además de la incertidumbre cambiaria -no sólo sobre el precio del dólar oficial, sino también sobre el acceso al mercado de cambios-, presionaron a la inflación en los últimos meses», señaló.
A su vez, advirtió que «el endurecimiento de los controles a las importaciones y a la compra de dólares para la producción frenaría la recuperación de algunas de estas actividades, tal el caso de la electrónica».
«La construcción se perfila como otro de los motores de la recuperación. Si bien la demanda de insumos del sector concluyó 2020 con una caída de casi 20%, durante los últimos meses ha mostrado una clara recuperación que le permitió superar con creces los niveles pre-pandemia», manifestó la consultora.