Con las subastas de departamentos sin dueño, se recaudaron en los últimos 4 años más de $600 millones

CABA. Estos recursos son destinados a educación. En total se vendieron 176 propiedades y desde el año pasado comenzó a implementarse la modalidad online. En la primera subasta de 2021 se obtuvieron más de $ 91.000.000. Las ganancias se derivan al Fondo Educativo Permanente.

La Ciudad de Buenos Aires realiza subastas online de inmuebles que pertenecían a dueños ya fallecidos, de los que no existen sucesores con vocación hereditaria o herederos testamentarios, con el objetivo de que estas propiedades puedan ser liquidadas y el monto producido sea derivado a la educación pública, en el marco de la Ley 52 (Régimen de las Herencias Vacantes).

La iniciativa forma parte del plan de gestión que desarrolla la Procuración General porteña. Las subastas se publican en periódicos de circulación masiva, en los Boletines Oficiales de la Nación y la Ciudad y en la página institucional de la Procuración General del Gobierno porteño, para que los interesados pueden consultar las bases, condiciones de venta y descripción de los mismos.

También en la página web del Banco Ciudad de Buenos Aires (http://subastas.bancociudad.com.ar) se encontrarán publicados los respectivos catálogos y condiciones de las propiedades.

¿Cómo funciona el procedimiento? Los interesados para ofertar pueden inscribirse hasta 48 horas antes de la fecha anunciada. Previamente, deben ingresar una garantía de oferta para el o los inmuebles que pretendan pujar, la que será devuelta en caso de no resultar adjudicatario. Participan de la subasta con una especie de “alias”, lo que impide que puedan ser identificados por los demás y garantizar de esa manera las mejores condiciones de transparencia.

Sin perjuicio de ello, y como estas subastas son públicas, cualquier persona puede ese día, aún sin ser postor, seguir su desarrollo desde la página del Banco Ciudad.

En la primera subasta del año, realizada en marzo, se lograron vender seis de los ocho inmuebles ofrecidos, por lo que se obtuvo una recaudación que superó los $91.000.000, según precisó la administración porteña. Ayer, la Ciudad realizó la segunda subasta del año con seis inmuebles.

Lo recaudado durante los últimos cuatro años

  • Durante el 2017 se subastaron 58 inmuebles, lo que arrojó una recaudación de $ 79.585.500.
  • En 2018, 58 inmuebles, con una recaudación de $165.675.000.
  • En 2019, 44 inmuebles, con una recaudación de $ 202.090.000.
  • Y en 2020, 16 inmuebles, con una recaudación de $ 171.430.000.

El año pasado, debido a la pandemia, se implementó a través del Banco Ciudad la modalidad online: la primera subasta del 2020 se llevó a cabo el 28 de octubre, mientras que la segunda se realizó el 14 de diciembre.

Proceso de selección de inmuebles

La Procuración General de la Ciudad toma conocimiento sobre inmuebles vacantes por distintas vías:
-A través de Denuncias de Herencias Vacantes (cualquier persona física o jurídica que efectúa esta presentación administrativa).
-Por vista de expedientes judiciales de Aseguramientos de Bienes, de determinaciones de capacidad, por ejecuciones de expensas, por prescripciones adquisitivas o por oficios recepcionados de dependencias judiciales y/o administrativas.

Una vez anoticiada la Procuración General, el Departamento de Herencias Vacantes inicia los sucesorios o toma la debida intervención en expedientes ya iniciados y procede, luego de las instancias de rigor, a solicitar la reputación de vacancia, a designar curadores y finalmente a liquidar el acervo de los causantes.

Así se gesta y se promueve un mecanismo eficiente y productivo que permite cumplir en forma rápida y efectiva los objetivos: derivar el producido de los inmuebles al Fondo Educativo Permanente con el fin de que puedan ser utilizados en inversión pública educativa.

A través de este proceso, la Procuración General de la Ciudad impulsó un plan de gestión que implicó definir cursos de acción concretos, acelerar el trámite de los juicios, establecer una programación de subastas anual con base en un stock de inmuebles en condiciones óptimas para ser vendidos (desocupados, con títulos perfectos y sin deudas de expensas), mejorar los plazos de firma del boleto de compraventa y escrituración y, sobre todo, dotar al procedimiento de seguridad jurídica, de transparencia y confiabilidad.

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