
País. Sin la aplicación de medidas sociales se hubiera triplicado la pobreza en Argentina. El 41,9% de la población urbana es «pobre multidimensional» y se agrava la situación cuando se observa que «el 25% está en una pobreza multidimensional estructural».
El informe presentado en forma conjunta por el Observatorio de la Deuda Social (OSDA) de la UCA y Cáritas advirtió sobre el aumento de la pobreza multidimensional durante el año pasado, en plena pandemia de coronavirus, y su particular impacto en la infancia.
Las cifras del nuevo informe de la OSDA -que abarcan el período comprendido entre el 2010 y el 2020- muestran un «claro aumento, no sólo en los niveles de pobreza, sino también en los de indigencia» y se indica que «caen en la pobreza familias que siempre tuvieron trabajo, pero que hoy no les alcanzan sus ingresos».
El 41,9% de la población urbana es «pobre multidimensional, es decir que son pobres por ingresos y por carencias». Además el otro dato que se desprende del estudio es que «el 25% está en una pobreza multidimensional estructural».
Según los gráficos del informe, la tasa de indigencia se sitúa en un 10,1% en 2020, pero destaca que hubiese sido del 11,6 % sin el programa Alimentar, del 18,3 % sin el Ingreso Familiar de Emergencia (IFE) implementado en el marco de la pandemia, del 20,2% sin la tarjeta ni IFE; del 24,9% sin esas dos herramientas más la Asignación Universal por Hijo (AUH) y otros programas, y del 27,9% sin los ítems anteriores y las pensiones no contributivas.
En cuanto a la tasa de pobreza, la ubica en el 44,2% durante el año 2020, y aclara que hubiese llegado al 53,1% de las personas sino se hubiera implementado la tarjeta Alimentar, el IFE, la AUH y las pensiones no contributivas.
En ese sentido, tanto desde el Observatorio de la UCA como desde Cáritas valoraron los programas de asistencia y transferencia directa que el Gobierno implementó en el último año durante la pandemia, ya que que «sin los programas de transferencia de recursos se hubiera duplicado y casi triplicado la pobreza», según sostuvo Agustín Salvia, director del ODSA.
No obstante, aclaró que «ningún programa social va a solucionar el problema de la pobreza estructural en la Argentina».
«Las desigualdades persisten, planes como el Jefas y Jefes, tarjeta Alimentar o el IFE fueron pensados para escenarios de emergencias. El problema es que las emergencias en la Argentina se vuelven estructurales. Se pensó que no iban a ser necesarios en el marco de una reactivación económica, pero eso no sucedió», planteó el especialista.
El informe habla particularmente de la situación de la infancia: sostiene que «más de la mitad de los chicos son pobres, porcentaje que alcanza casi el 75% en el conurbano bonaerense y otras zonas del país» y precisa que en estos lugares «de cuatro chicos que se sientan a una mesa, solo uno come todos los días».
Asimismo, habla de una caída en el empleo formal y precisa que las medidas sanitarias adoptadas por la pandemia de coronavirus afectaron «con mayor fuerza, a quienes contaban con empleos precarios y a los trabajadores de la economía informal».
«Junto a la pobreza material crecieron considerablemente las múltiples consecuencias psicológicas y afectivas, provocados por la enorme presión emocional que se genera tanto por la enfermedad, como por las medidas asumidas para afrontarla», señala.
El informe pone de manifiesto que la #infancia se encuentra en riesgo.
— Observatorio de la Deuda Social Argentina (UCA) (@ODSAUCA) June 9, 2021
Entre los/as niños/as, la inseguridad alimentaria total pasó del 30,5% en 2019 al 34,3% en 2020. Durante este último año, el 15,6% experimentó inseguridad alimentaria severa. pic.twitter.com/Mb1AnrMN1y
El informe, titulado «Un rostro detrás de cada número, radiografía de la pobreza en Argentina», fue difundido este miércoles en forma virtual por las dos organizaciones, y sirvió también para presentar la tradicional colecta anual de Cáritas que se realizará este fin de semana en el marco de una «situación social dramática», según advirtieron.