
CABA/País. La concentración tendrá lugar en territorio porteño y distintos puntos del país para visibilizar la frágil situación que atraviesan los polinizadores como consecuencia del desarrollo del modelo agroindustrial. La protesta culminará a las 12:30 frente al Congreso donde se repartirá miel y material de difusión.
La Sociedad Argentina de Apicultores (SADA) convocó para este martes a un “abejazo” para visibilizar la frágil situación que atraviesan los polinizadores como consecuencia del desarrollo del modelo agroindustrial basado en el monocultivo transgénico y el uso intensivo de agroquímicos que genera pérdida de la biodiversidad y muerte, se informó.
El “abejazo” tendrá lugar en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA) y distintos puntos del país “por la vida de las abejas, por alimentos sanos y seguros” y por el libre tránsito, en contra de los cánones interprovinciales.
En territorio porteño los apicultores se concentrarán en Plaza Constitución (Lima al 1500), y marcharán hacia el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca, el Senasa y a la Casa de la Provincia de Río Negro.
La concentración culminará a las 12:30 frente al Congreso de la Nación donde se repartirá miel y material de difusión.
Según señalaron, el objetivo es “visibilizar la importancia de la actividad apícola y la frágil situación que atraviesan los polinizadores como consecuencia del desarrollo del modelo agroindustrial basado en el monocultivo transgénico” como así también “el uso intensivo de agroquímicos que genera pérdida de la biodiversidad y muerte”.
Los polinizadores, en especial las abejas, son responsables de 7 de cada 10 alimentos que ingerimos diariamente, indicaron, y agregaron que su función resulta esencial para producir frutas, verduras y carne.
«La Agencia Sanitaria aprueba insecticidas altamente tóxicos para las abejas y para las personas, y herbicidas que eliminan toda hierba y toda flor que es la base de la alimentación de nuestras abejas», explicaron a través de un comunicado.
“Eso se llama ecocidio, los agroquímicos determinan la muerte de las abejas y envenenan el agua, la tierra y los alimentos que consumimos”, dijeron, y añadieron: “No a los alimentos genéticamente modificados. No a los 550 millones de kilos de agroquímicos por año volcados a nuestra tierra para producirlos”.
«Provincias como Río Negro y Mendoza, entre otras, colocaron un canon para el ingreso y egreso de colmenas a su territorio sólo con fines recaudatorios, concluyeron.