
País. La referente opositora discrepó con el secretario general de la UOM, Antonio Caló, quien aseguró que los «formadores de precios» son los «que le meten la mano en el bolsillo a los trabajadores».
La candidata a diputada nacional de Juntos por el Cambio por la Ciudad de Buenos Aires, María Eugenia Vidal, aseguró que la inflación «no tiene que ver con los empresarios, sino con la emisión».
La opositora apuntó contra la política monetaria del Gobierno del Frente de Todos sumándose al debate sobre el proceso inflacionario en medio de la campaña a menos de un mes de los comicios legislativos.
En este escenario, la postulante a la Cámara Baja discrepó con el secretario general de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM), Antonio Caló, quien aseguró que los «formadores de precios» son los «que le meten la mano en el bolsillo a los trabajadores».
«Es un enfoque equivocado pensar que la suba de precios es un problema de los empresarios», como dijo Caló, y expresó: «Evidentemente este es un problema que el resto del mundo resolvió y nosotros no hemos sido capaces de hacerlo».
En declaraciones a radio Con Vos, la exgobernadora bonaerense opinó que «la ausencia de la resolución del problema no tiene que ver con los empresarios, sino con la emisión. La inflación genera una oferta de pesos que luego se traslada a precios y esto lo sabe cualquier economista».
«Es un problema básico, fiscal y monetario, más allá de las discusiones que podamos tener con algún sector en particular», aseveró.
Según su análisis, Vidal afirmó que «para ponerle un freno a la inflación, hay que alcanzar un acuerdo en materia fiscal y monetaria».
Al respecto, advirtió que «hasta que no lo hagamos, no tengamos un plan consistente y no podamos avanzar por un camino sostenido a lo largo del tiempo que haga que todo el que invierta le crea y sepa que las reglas no se van a modificar, probablemente seguiremos bajo este mismo problema».
Al redoblar su crítica contra el Gobierno nacional, la candidata porteña sostuvo que en la problemática inflacionaria, «hay una responsabilidad por los próximos dos años del Gobierno», que está «sin plan y sin rumbo».