País. La iniciativa establece otorgar el beneficio de una pensión mensual vitalicia honorífica para todas las Aspirantes Navales de la Escuela de Enfermería del Hospital Naval Puerto Belgrano.
La diputada nacional Pamela Verasay (UCR – Mendoza) presentó un proyecto de ley para otorgar reconocimiento moral e histórico a las aspirantes navales a enfermeras que se encontraban cursando la carrera de enfermería, y fueron afectadas al conflicto bélico en el Hospital Naval de Puerto Belgrano.
En el proyecto se propone otorgar el beneficio de una pensión mensual vitalicia honorífica para todas las Aspirantes Navales de la Escuela de Enfermería del Hospital Naval Puerto Belgrano, que acrediten haber prestado servicio bajo bandera en la Guerra de Malvinas, entre el 2 de abril y el 14 de junio de 1982.
Verasay aseguró que “las tareas llevadas a cabo por jóvenes heroínas merecen el reconocimiento del Estado argentino. Es necesario correr el velo de la diferenciación por género permitiendo el acceso a la pensión a esas mujeres que con agallas dejaron todo por la patria”.
“Portando un arma o una gasa, pusieron su saber y su vida al servicio de la patria, es fundamental ponderarlas en un plano de igualdad ante la ley. Son un grupo de mujeres que se encontraron ante la negativa estatal y decidieron librar una nueva batalla, esta vez en el campo judicial. Con nuestra propuesta pretendemos acompañar esa batalla desde el ámbito legislativo”, remarcó la diputada.
“Voy a insistir con esta iniciativa en la Cámara baja. El camino para lograr el reconocimiento como heroínas se ha visto plagado de injusticias e inequidades”, dijo Verasay.
Algunas de las aspirantes que llegaron a Malvinas tenían apenas 16 años. Mujeres que estaban terminando sus estudios secundarios y al mismo tiempo se capacitaban para obtener el título de enfermera. De 1.500 aspirantes solo eligieron a 45.
Las jóvenes ingresaron a la Base Naval de Puerto Belgrano, realizaban rutina militar de entrenamiento y alternaban sus clases de secundaria con las de enfermería. En noviembre de 1981 comenzaron a pintar el edificio y a poner en condiciones el hospital que recibiría a los heridos.
Eran adolescentes que venían de diferentes provincias, entre ellas, la aspirante mendocina Marisa Peiró. Estas mujeres son las que acompañaron hasta el último aliento a cada soldado argentino.
De las 56 mujeres que forman parte del listado, solo 11 se recibieron y 3 siguieron la carrera militar: Liliana Castro, Olga Lucero y Claudia González.