País. La investigación que lleva adelante la Justicia federal está centrada en los autores materiales y algunos eventuales cómplices cuyo contacto con los hechos surge de conversaciones de WhatsApp. Todas las líneas de investigación permanecen abiertas.
La querella de la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner reclama, al igual que lo hizo la propia exmandataria, que se investigue quiénes son los autores intelectuales del intento de magnicidio, mientras que la Justicia federal se centra, al menos hasta ahora, en los autores materiales y algunos eventuales cómplices cuyo contacto con los hechos surge de conversaciones de WhatsApp.
Aunque aún sin pistas firmes, desde la Justicia federal insisten en que todas las líneas de investigación permaneces abiertas y en que se buscará descifrar quiénes pudieron estar por detrás de los autores del ataque fallido contra la vicepresidenta ocurrido el 1 de septiembre.
La idea de que el ataque fue planificado por personas distintas a quienes finalmente lo ejecutaron es una de las principales líneas investigativas empujada por la querella, y así lo reveló la propia vicepresidenta el último viernes cuando alegó en defensa propia en el juicio que se le sigue por el caso conocido como «Vialidad».
«Nadie puede pensar que esa banda (de autores materiales) planificó o ideó la autoría intelectual de lo que me hicieron«, resaltó Fernández de Kirchner desde su despacho del Senado en el marco de una audiencia que se transmitió en vivo a través del canal de YouTube que dispuso el Tribunal Oral Federal (TOF) 2, que interviene en esa causa.
Por el ataque a la vicepresidenta se encuentran detenidos y procesados como coautores del hecho Fernando André Sabag Montiel, el hombre que gatilló una pistola con cinco balas en el cargador apuntada a la cabeza de la exmandataria; y su pareja Brenda Uliarte (23), quien lo acompañó hasta el lugar del hecho y se jactaba en mensajes de WhatsApp de haberlo enviado a cometer el magnicidio.
También se encuentra detenida Agustina Díaz (21), quien registra conversaciones con Uliarte. El cuarto detenido del caso es Nicolás Gabriel Carrizo (27), el jefe del grupo de vendedores de copos de nieve.
Las propias conversaciones halladas en el teléfono de Carizzo lo muestran como alguien que conocía el plan para matar a la Vicepresidenta, además de que surge de ellas que habría aportado una pistola que no fue finalmente la que se usó en el ataque fallido.
Para los investigadores judiciales, pero sobre todo para la querella, el personaje de Carrizo es, al menos hasta ahora, el que podría conducir hacía los eventuales autores intelectuales del atentado fallido, según pudo reconstruir Télam de fuentes de la investigación.