Ciudad de Córdoba. Con la ratificación del convenio celebrado entre el municipio capitalino, EPEC y la Provincia, se da un paso más hacia la Córdoba sustentable.
En la sesión de este jueves, presidida por el viceintendente Daniel Passerini, el Concejo Deliberante ratificó el acuerdo firmado entre la Municipalidad de Córdoba, la Empresa Provincial de Energía de Córdoba (EPEC) y el Gobierno de la provincia para que la energía que se produce por los gases generados en Bajo Grande sea utilizada por los cordobeses.
De esta manera, el cuerpo deliberativo dio dictamen jurídico al “Acuerdo marco para el aprovechamiento bioenergético de gases asociados al tratamiento de lodos cloacales de la ciudad de Córdoba para la generación eléctrica renovable”, lo que permitirá utilizar la energía renovable en el sistema eléctrico de la ciudad.
De esta manera, el Concejo permite con la aprobación del acuerdo, el aprovechamiento de los lodos donde se descompone la materia orgánica en los seis biodigestores de Bajo Grande.
Dicho tratamiento genera Biogás y en menor cantidad otros gases considerados de efecto invernadero, por lo que la opción más sostenible es el aprovechamiento energético de estos productos como fuente de energía, se destacó.
La obra de ampliación de la planta de tratamiento de líquidos cloacales permitió la generación de energía eléctrica proveniente de la utilización de los Biodigestores a través de un motor que funciona con el mismo Biogás; pero partir del acuerdo se utilizará la energía generada en el sistema eléctrico de la ciudad.
Al respecto, el concejal Marcos Vázquez argumentó: “Con este proyecto damos un paso más hacia la Córdoba sustentable que tanto necesitamos. El acuerdo tiene como objeto coordinar la reutilización del biometano en la estación depuradora de aguas residuales de bajo Grande, incorporando esta energía a la eléctrica”.
Durante la sesión se aprobó además la designación con el nombre de “Plaza Virgen María Rosa Mística”, al espacio verde ubicado en Barrio Empalme. La iniciativa surgió de los vecinos, quienes durante la pandemia trabajaron en la parroquia del barrio para colaborar con la comunidad y realizar tareas de mantenimiento en la plaza hoy nombrada.