País. Con la coalición de JxC rota, el interbloque también se redefinirá. Habrá un alineamiento entre LLA y el ala dura del PRO que apoyó a Javier Milei. El resto de los socios de JxC piensan por estas horas en un interbloque de «centro-democrático».
Los diferentes espacios de la Cámara Baja del Congreso pondrán en marcha en los próximos días las negociaciones para definir sus autoridades, la creación de los interbloques y la integración de las comisiones, de cara a la conformación que tendrá desde el 10 de diciembre ese cuerpo parlamentario.
De acuerdo con la tradición parlamentaria, la presidencia de la Cámara quedaría en manos del futuro oficialismo nacional, más allá de que no sea el espacio de mayor volumen en la nueva integración.
Igualmente, desde el Frente de Todos aseguran que el gesto de darle la presidencia a un representante del oficialismo no implica «un cheque en blanco» para quien sea designado, sobre todo en lo referido «al tema del personal y a la relación con los gremios legislativos».
Desde el sector que ganó las elecciones analizan la conveniencia de crear una unión entre LLA y el sector del PRO que apoyó a Javier Milei, en una bancada que sumaría entre 67 y 70 diputados: los 37 de LLA y unos 30/33 del PRO y de otros monobloques que hoy integran JxC, como el de Ricardo López Murphy o el del olmedista salteño Raúl Zapata.
El resto de los socios de JxC piensan por estas horas en un interbloque de «centro-democrático» que sume entre 55 y 60 integrantes, y en el que confluirían los 35 radicales; 10 del PRO más cercanos a Horacio Rodríguez Larreta; 3 del espacio de Monzó y Margarita Stolbizer; el mencionado Pichetto y los diputados pertenecientes a nuevas provincias que gobernará JxC, como San Luis, San Juan o Chubut.
En el bosquejo que trabajan desde ese sector aspiran a convencer a la Coalición Cívica de que se mantenga dentro del interbloque para llegar a 60, aunque Elisa Carrió anunció el domingo que para ella «Juntos por el Cambio se rompió».
El actual oficialismo, en tanto, aspira a mantener su unidad, más allá de que hacerlo «desde el llano» no es lo mismo que desde el poder, consignó Télam.
Confían en mantener unidos a los 105 diputados que lo integran y que provienen de espacios como el kirchnerismo, La Cámpora, el Frente Renovador, los gobernadores, los movimientos sociales y los representantes sindicales, entre otros.
En tanto, el Frente Renovador de la Concordia misionero, que en la elección de octubre integró su lista de diputados nacionales a la boleta que llevaba a Sergio Massa como presidente, continuará como bloque propio, con sus 4 integrantes.
Otros espacios provinciales que tendrán representantes, y que también deben definir si se agrupan o no, son el Interbloque Federal, con 6 diputados -incluido Randazzo-: el santacruceño, con 2; el Socialismo (integra la alianza que gobernará Santa Fe), con 2, y Neuquén y Río Negro, con uno cada uno.
En la paridad de fuerzas de la nueva Cámara, los cinco diputados de la Izquierda jugarán un rol importante de cara a la conformación del quórum y de la votación de los proyectos.
A raíz del acuerdo que sellaron Mauricio Macri y Patricia Bullrich con Milei, suena el bonaerense Cristian Ritondo como posible presidente de la Cámara de Diputados. Mientras que el Senado quedará en manos de la vice, Victoria Villarruel.
Senado
En la reconfiguración de la Cámara Alta, Unión por la Patria será la primera minoría con 33 miembros. La bancada tendrá impronta kirchnerista. La expectativa está puesta en los movimientos de Edgardo Kueider y Carlos Espíndola, quienes junto a la cordobesa Alejandra Vigo conforman Unidad Federal. En el nuevo escenario podrían mantener la bancada.
Con Juntos por el Cambio roto, en el interbloque aspiran a sostener a 21 de los 24 miembros que lo integran. Los otros tres que son considerados del ala dura interactuarían con los 8 senadores de LLA. Se trata de Alfredo De Angeli, Martín Göerling y la cordobesa Carmen Álvarez Rivero.