San Luis. Uno de los ejes del estudio es el envejecimiento de estos ritmos circadianos. Por ejemplo, los abuelos sufren de alteraciones en el sueño, y esto afecta la memoria y el aprendizaje.
Ana Anzulovich es doctora en bioquímica e investigadora del CONICET, dirige un equipo de 17 personas que trabaja en cronobiología y, desde 2006, investigan la posibilidad de detección temprana de la enfermedad de Alzhéimer y otros tipos de demencias que afectan a, aproximadamente, el 20% de las personas mayores de 70 años.
Anzulovich dirige el Laboratorio de Cronobiología del Instituto Multidisciplinario de Investigaciones Biológicas de San Luis, una tarea conjunta entre el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas, CONICET, y la Universidad Nacional de San Luis, dependiente del Área de Química Biológica de la Facultad de Química, Bioquímica y Farmacia.
En 2006, a partir un subsidio que le fue otorgado a la profesional siendo becaria del Fogarty Internacional Center, dependiente del Gobierno de Estados Unidos, pudo comenzar su investigación sobre los procesos y fenómenos biológicos, fisiológicos y comportamentales.
“Cada uno de estos procesos tiene variaciones que se dan con una cierta periodicidad, nosotros estudiamos los que tienen una duración de 24 horas y se denominan ciclos circadianos. Estos son, por ejemplo, el sueño y la vigilia. Nos centramos en el comportamiento de las diferentes proteínas y moléculas relacionadas con la memoria y el aprendizaje en ese período de tiempo”, sintetizó, sobre su trabajo, la investigadora.
Uno de los ejes del estudio es el envejecimiento de estos ritmos circadianos. “Por ejemplo, nuestros abuelos sufren de alteraciones en el sueño, y esto afecta la memoria y el aprendizaje. Con un tratamiento de base cronobiológico, a través de medicamentos que ya se utilizan para la diabetes y la vitamina A, hemos logrado, en experimentación con animales de laboratorio, reestablecer, en algunos casos de manera parcial y en otros de manera total, estos ritmos y esto es un avance muy importante”, evaluó la científica.
Otra línea de investigación que sigue el equipo es la obesidad. “Cuando existe obesidad en el adulto se pueden notar indicios o marcadores que se relacionan con la posterior aparición del Alzheimer. Por esto, trabajamos en un perfil temprano de diagnóstico que es fundamental para la medicina preventiva. Esta enfermedad es una de las demencias más frecuentes en los adultos mayores, es también la más incapacitante para el enfermo y la familia. Por esto es tan importante la investigación en el control de los ritmos circadianos, si los podemos mejorar, podemos tratar mejor la enfermedad”, detalló.
El Laboratorio sigue este trabajo, iniciado hace casi 20 años, con la ayuda de subsidios nacionales, a través del Fondo para la Investigación Científica y Tecnológica, FONSYC, CONICET y recursos propios de la Universidad Nacional de San Luis.
“Este apoyo no sólo nos ha permitido continuar con la investigación, sino también hacerlo ejercitando la creatividad ya que es necesario optimizar esos recursos”, dijo Anzulovich. Este esfuerzo y sus resultados ya han sido difundidos en más de 40 publicaciones nacionales e internacionales.