País. Por medio de un manifiesto de marca, TECHO convoca a la juventud y otros actores sociales a involucrarse hoy para que, en 2024, al menos mil familias mejoren su calidad de vida en los barrios populares del país.
Con el propósito de seguir trabajando en dar respuesta a la situación de pobreza que atraviesan al menos 5 millones de personas en los barrios populares del país, la organización TECHO refuerza su accionar por medio de una renovación de marca.
Esta renovación potencia principalmente su compromiso con la juventud y la población de los asentamientos del país, buscando construir soluciones ante la crisis social, habitacional y climática que hoy enfrentan la región y el planeta.
“El entorno social se ha transformado. En nuestro país, estamos enfrentando una crisis socioambiental desde diversos ángulos, que impacta en el acceso a la vivienda, la educación y la salud. Por eso, hoy más que nunca, necesitamos reforzar el vínculo con las nuevas generaciones, convocándolas a ser agentes de cambio y asegurando que el poder del hacer y los encuentros improbables que se generan en TECHO les dan más fuerza para realizar grandes cosas. Tenemos la convicción de que, de forma colectiva, podremos abordar la situación de pobreza y desigualdad en nuestro país, y vamos a empezar ahora, paso a paso, sin detenernos”, indicó Juan Maquieyra, Director Ejecutivo de TECHO-Argentina.
La renovación de marca de TECHO – que implica cambios en su logotipo y otros elementos gráficos – no es solo una transformación visual. Presenta una redefinición de procesos claves, como la experiencia del voluntariado y el diseño de las viviendas, principal proyecto de la organización, con foco en resonar con las dinámicas cambiantes del mundo, como el cambio climático, y las expectativas de las nuevas generaciones.
«Buscamos construir un futuro donde cada familia pueda vivir en un hogar seguro y sostenible, resistente ante los desafíos de las diversas crisis climáticas. Este proceso refleja una adaptación estratégica al ritmo de los tiempos, centrándose en el protagonismo de las juventudes, el aprendizaje práctico y el ‘hacer’ como fundamentos», se destacó desde la organización.
“Iniciamos un nuevo capítulo con un compromiso renovado hacia la adaptación y mitigación del cambio climático en cuanto a las viviendas. Nuestra respuesta a cada desastre ha sido inmediata, como los casos de Bahía Blanca y Moreno en los últimos meses. Nuestra visión va más allá de la respuesta reactiva. Iniciamos un proceso de investigación para comprender con mayor profundidad cómo el cambio climático afecta la vida cotidiana de las familias. Esto nos guía para mejorar las viviendas que construimos, haciéndolas no solo más resilientes ante inundaciones y temperatura extremas sino también más accesibles y con una menor huella de carbono”, aseguró Maquieyra.
Según la última actualización del RENABAP, en Argentina existen al menos 6.467 villas y asentamientos que abarcan una superficie total de 684 km2, donde habitan aproximadamente 1.2 millones de familias que representan un número estimado de entre 5 millones de personas.
En el 99% de los barrios, la mayoría de sus habitantes no accede a la red de gas natural, utilizando garrafas para cocinar. Además, el 92% no accede formalmente a la red de agua corriente, el 66% a la red de energía eléctrica, y el 97% carece de un saneamiento adecuado.
“El desafío es grande, pero el compromiso es mayor, por eso, desde hace más de 20 años, más de 200.000 personas se han sumado al voluntariado en TECHO en nuestro país. Ahora queremos incentivar a más jóvenes para que nos acompañen en este nuevo momento histórico para la institución y exploten su capacidad de crear y transformar”, dijo Maquieyra.
TECHO es una organización de la sociedad civil compuesta por juventudes voluntarias que colaboran con habitantes de barrios populares en Argentina para trabajar hacia una sociedad más justa y sin pobreza. A través de su acción colectiva, implementa proyectos centrados en mejorar la vivienda y el hábitat, así como en promover el desarrollo comunitario. Tiene una presencia continua en 11 provincias del país: Buenos Aires, Mendoza, Córdoba, Santa Fe, Neuquén, Río Negro, Salta, Tucumán, Corrientes, Chaco y Misiones.