
País. «Vamos a puntear artículo por artículo antes de ir al plenario. Tenemos muy poquitas diferencias, sigo siendo optimista», afirmó el titular de la Cámara Baja.
La semana que viene podría volver al recinto la votación de la Ley de Bases, ahora en una versión acotada, tras el revés del primer intento de aprobarla en febrero pasado. El escenario actual muestra cierta vía verde a la aprobación en general de gobernadores y los brazos parlamentarios de la oposición dialoguista.
La idea, según pudo saber Noticias Argentinas de fuentes parlamentarias, es convocar al recinto el próximo miércoles 24 o jueves 25 de abril.
Con este norte, no se descarta que este miércoles pueda haber un plenario de las comisiones de Legislación General, Asuntos Constitucionales y Presupuesto y Hacienda.
El cordobés Gabriel Bornoroni es el presidente de Legislación General, que es cabecera del debate, pero ahora deberá deberá lidiar con una doble responsabilidad, ya que fue proclamado nuevo jefe del bloque de La Libertad Avanza, tras la caía en desgracia y descabezamiento de Oscar Zago.
No es habitual que un presidente de bloque oficialista sea también quien coordine el debate de la ley más importante del Gobierno, por lo que hay rumores de una posible sustitución.
Las negociaciones en torno a la letra chica del borrador que giró el Gobierno al Congreso atraviesa su momento decisivo. La oposición ya blanqueó cuáles son los puntos de debate en particular: delegaciones, privatizaciones, reforma laboral y regímenes impositivos.
En una entrevista televisiva concedida anoche, el presidente de la Cámara de Diputados, Martín Menem, destacó que las partes están “más cerca” de un acuerdo de lo que estaban antes.
«Vamos a puntear artículo por artículo antes de ir al plenario. Tenemos muy poquitas diferencias, sigo siendo optimista», afirmó el riojano libertario.
En paralelo a la ley ómnibus, se va a tratar y votar la ley de “Medidas Fiscales”, que contiene reformas como la rebaja en Bienes Personales, el blanqueo de Capitales y la resistida reposición de la cuarta categoría de Ganancias, que volvería bajo la forma de un mínimo no imponible de 1.800.000 pesos.
Este último tributo, rebautizado «impuesto a las ingresos personales», es otro vector de controversia y el Gobierno está buscando ablandar a los gobernadores y bloques amigables para que voten en sintonía a la propuesta. No están lejos de un entendimiento.