El secretario general de la ONU pide que se deje de «vandalizar» la Tierra

Agricultura en suelos volcánicos en el Geoparque Mundial de la UNESCO Lanzarote y Archipiélago de Chinijo, en España. / © UNESCO

EEUU. La desertificación, la degradación del suelo y la sequía figuran actualmente entre los retos medioambientales más acuciantes.

Mientras casi el 40% de la tierra del planeta se degrada y cada segundo se pierden más hectáreas, los gobiernos, las empresas y las comunidades deben impulsar la acción para revertir el daño y proteger la Tierra, dijo el Secretario General de la ONU, António Guterres.

En un enérgico mensaje con motivo del Día Mundial de Lucha contra la Desertificación y la Sequía, que se celebra anualmente el 17 de junio, Guterres advirtió que «cada segundo se degradan unos cuatro campos de fútbol de tierra sana».

En esa línea, resaltó: «La seguridad, la prosperidad y la salud de miles de millones de personas dependen de tierras prósperas que mantienen vidas, medios y ecosistemas, pero estamos vandalizando la Tierra que nos da el sustento».

La desertificación, la degradación del suelo y la sequía figuran actualmente entre los retos medioambientales más acuciantes.

El lema del día es Unidos por la tierra: Nuestro legado y nuestro futuro, poniendo de relieve el futuro de la custodia de la tierra, que es el recurso más preciado del planeta para garantizar la estabilidad y la prosperidad de miles de millones de personas en todo el mundo.

Una tierra sana no sólo nos proporciona casi el 95% de los alimentos que se consumen en el mundo, sino mucho más. Viste y da cobijo a las personas, proporciona puestos de trabajo y medios de subsistencia y protege a las comunidades del empeoramiento de las sequías, las inundaciones y los incendios forestales.

Como nos recuerda el tema central de este año, debemos estar «Unidos por la Tierra». «Gobiernos, empresas, el mundo académico, comunidades y más deben unirse y actuar», destacó Guterres.

El crecimiento demográfico unido a unos modelos de producción y consumo insostenibles alimentan la demanda de recursos naturales, ejerciendo una presión excesiva sobre la tierra hasta el punto de degradarla.

Al mismo tiempo, la desertificación y la sequía están impulsando las migraciones forzosas, poniendo a decenas de millones de personas cada año en riesgo de desplazamiento.

«Sabemos lo que tenemos que hacer», dijo el titular de la ONU. «Está claramente establecido en la Convención de las Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación. Ahora que celebramos el trigésimo aniversario de la Convención, el mundo debe acelerar drásticamente el ritmo de su aplicación».

Para ello, señaló la necesidad de impulsar la Conferencia de las Partes en la Convención de Riad (COP16) y garantizar que los jóvenes sean escuchados en las negociaciones.

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