
País. Aunque se desactivó la ruptura por no poder persuadir a más diputados, la decena de legisladores de Manes y Lousteau aceptó negociar con la contraparte. De todos modos, el conflicto está latente y promete reemerger en cualquier momento.
El escenario de una fractura inminente del bloque de la UCR dio un giro inesperado y finalmente la decena de diputados nacionales referenciados en Facundo Manes y Martín Lousteau, que había amagado con romper, aceptaron el pedido de tiempo y depusieron las armas.
Tras frenéticas conversaciones telefónicas entre referentes de las distintas terminales políticas del radicalismo, se desactivó la bomba y se acordó una mesa de diálogo que empezará a funcionar este miércoles con el objetivo de rediscutir el equilibrio interno en el bloque que encabeza Rodrigo de Loredo. Eso está por verse, el deloredismo apuesta a mantener su poder sin modificaciones.
Los «radicales con peluca» Mariano Campero, Luis Picat, Martín Arjol y Pablo Cervi, (José Federico Tournier estuvo ausente), participaron del cónclave que se desarrolló en la oficina principal que tiene la UCR en el quinto piso del anexo, y fue el corolario de diálogos que no cesaron desde ayer hasta horas de la tarde de este martes, consignó NA.
De parte del grupo que responde a Manes no hubo representantes en la reunión de bloque, y de Evolución solamente estuvo presente Danya Tavela. De todos modos, ya se había llegado a una fumata blanca antes.
La estrategia de mostrar los dientes por parte del grupo rebelde no dio los resultados esperados. Esa decena de legisladores apostó a persuadir a más diputados, pero al no tener éxito, reconocieron que no tenían la fuerza suficiente para iniciar una estampida y aceptaron negociar con la contraparte.
En el marco de las intensas conversaciones, se acordó dejar a un lado la propuesta de los moderados de que los cinco diputados radicales “con peluca” firmen un compromiso de «obediencia debida» y acatamiento partidario.
A cambio, le pidieron que no vayan a la reunión de coordinación parlamentaria de este miércoles en la Casa Rosada a la que los invitó el presidente Javier Milei. Sin embargo, no hubo un compromiso en ese sentido, y algunos de ellos persistían en su intención de asistir al convite presidencial.
Cerca de De Loredo celebraron el alto al fuego, que le permite al bloque UCR comprar tiempo y evitar una sangría que sería exhibida públicamente como un signo evidente de debilitamiento político.
De todos modos, el conflicto está latente y promete reemerger cuando los diputados radicales conversos vuelvan a votar diferenciándose del bloque UCR.
En el grupo de Manes y Evolución siguen exigiendo la expulsión de los cinco libertarios y agregan a esto discutir una reorganización del bloque. Desde el sector del neurocirujano “piden ocupar la secretaría parlamentaria (en manos de Soledad Carrizo, aliada de De Loredo) y rediscutir los lugares en los comisiones.
En el círculo próximo a De Loredo niegan que en la mesa de diálogo acordada se rediscutan los cargos, y contestan que lo que se reconsiderará son las pautas para la convivencia interna entre los grupos boina blanca que tienen miradas diferentes ante el factor Milei.