
Ciudad de Córdoba. Fue en el marco de la previa del Día Nacional de la Memoria, por la Verdad y la Justicia, que se conmemorará el próximo lunes 24.
Con la presencia del viceintendente Javier Pretto (a cargo del Ejecutivo), pero bajo la presidencia de la concejala Sandra Trigo, el Concejo Deliberante realizó su tercer sesión ordinaria en el Espacio para la Memoria “Campo de la Ribera”, en el marco de la previa del Día Nacional de la Memoria, por la Verdad y la Justicia, que se conmemorará el próximo lunes 24.
El director del Espacio, Samir Juri, saludó la presencia de los concejales allí por segundo año consecutivo y destacó la importancia del encuentro, “pese a discursos negacionistas y de odio que nos pretenden alarmar. A todo eso se responde con más democracia y derechos ganados”, dijo.
Los dos proyectos principales que trataron y aprobaron los ediles tienen que ver con la evocación del Día de la Memoria. En primer término, un beneplácito por el 15° aniversario del espacio de Campo de la Ribera, ex centro de detención clandestina durante la dictadura, cuyo edificio fue recuperado por el Gobierno provincial justamente para destinarlo a la promoción de los derechos humanos; y la denominación con el nombre de María Otilia Lescano de Argañaráz, una de las fundadoras de Madres de Plaza de Mayo Filial Córdoba, a una calle del parque Sarmiento.
Participaron de la sesión como invitados el director de Derechos Humanos de la Municipalidad, Guillermo Ruibal; familiares de Otilia Argañaráz, como es el caso de Alfredo Argañaráz, Martín Fresneda y Paula de la Fuente; y también Adriana Ochoa, presidenta de Familiares de Desaparecidos y Detenidos por Razones Políticas.
La concejala Rossana Pérez (HUxC) recordó que durante la última dictadura, miles de cordobeses pasaron por ese centro de clandestino de detención, tortura y extermino.
“Hoy, este lugar es punto de encuentro para la memoria y la transmisión de valores democráticos. El pasado, es un pasado que interpela el presente y nos invita a construir el futuro con memoria, compromiso y conciencia”, dijo.
Recordó que ya durante el año pasado el Concejo promovió la designación de calles del barrio con los nombres de militantes y luchadores por los derechos humanos. “Fue una reafirmación de compromiso con la memoria y una manera de hacerla presente en el entramado de la ciudad”, opinó.
“Tenemos el desafío de resignificar la memoria, en un contexto diferente. La democracia no es estática, se construye en cada acto cotidiano, en cada decisión, en cada derecho que defendemos. Que la memoria se mutiplique y crezca en nuevas voces. Por más memoria, por la verdad, por la justicia…. ¡Nunca Más!”, completó Pérez.

A su turno, Sergio Piguillem (UCR) evaluó que Campo de la Ribera “es una conquista de instituciones, organismos de derechos humanos, de vecinos y organizaciones de la seccional 5ta”. Y agregó: “Hoy tenemos el honor de sesionar acá, por donde pasaron más de 4 mil cordobeses, donde funcionó el Centro de Operaciones del Comando Libertadores de América, lo que confirma que el terrorismo de Estado en Córdoba no empezó el 24 de marzo de 1976, sino en febrero de 1974, con el “Navarrazo”, puntualizó.
“Este espacio, donde funcionó una maquinaria perversa de secuestro, tortura, miedo, asesinatos, desaparición de personas y apropiación de bebés, luego fue comprado por el Gobierno, primero para destinar a educación, y desde hace 15 años como centro para la formación y promoción de los derechos humanos. En tiempos de discursos violentos y de odio, que parecen ganarle a la construcción de consensos, me permito volver a Raúl Alfonsín y recordar que tenemos la enorme responsabilidad de garantizar el respeto por la dignidad del hombre”, agregó.
En nombre del Frente Cívico, José Romero Vázquez señaló que el 24 de marzo es una fecha “para la lucha activa, para recordar, reflexionar y ratificar nuestro compromiso con la democracia y los derechos humanos. No podemos normalizar la violencia institucional. El negacionismo avanza con más poder y capacidad de amplificar la desinformación. Para que el Nunca Más sea realidad, hay que ejercer la memoria todos los días”, subrayó.
Su par Laura Vilchez (FIT) pidió “no deshistorizar ni despolitizar la historia” opinó que “el enemigo de los 30 mil desaparecidos no ha dejado de vencer, porque la derrota del ascenso revolucionario que significó el Cordobazo tiene hoy en la cabeza del Gobierno nacional a algunos de sus personeros, con la vicepresidenta Victoria Villarruel, que sigue reivindicando el genocidio, y a Patricia Bullrich (ministra de Seguridad) encabezando la represión a jubilados y trabajadores. La memoria no es una pieza de museo, hay que ver la realidad hoy. Ante la miseria planificada y el negacionismo, hay que marchar este 24 de marzo”, demandó.
Gabriel Huespe (Ciudadanos) reivindicó la democracia como “el mejor camino para vivir en el respeto a los que piensan diferente, sin agravio, sin antinomias, ni extremismos. El 24 es una invitación a sostener el esfuerzo en la construcción de consensos y acuerdos básicos”, remarcó.
Eva Ontivero (HUxC) sostuvo que “la dictadura no solo vino a imponer el terror, sino a garantizar la concentración de riqueza en manos de pocos y a impulsar un brutal endeudamiento externo. Sin memoria no hay verdad y sin verdad no hay justicia. El grito de Madres de Plaza de Mayo sigue sonando: ¡30 mil compañeros, presentes… ahora y siempre!”
Su par de bancada Marcos Vázquez planteó analogías entre la situación del país en 1976 y la actual, enumerando el ataque del Gobierno nacional a las instituciones, recortes a las libertades individuales y colectivas, aceptación de la violencia. “Hoy asistimos a más de lo mismo, a un espectáculo patético. Bajo la generosidad de la democracia, despliegan un discurso de diatribas y odio, y someten al que piensa distinto y reclama. Estamos en un círculo vicioso infernal”, sostuvo.
Por último, Martín Simonian (HUxC) dijo que “la memoria cimienta el presente y nos proyecta al futuro, nos brinda guías y herramientas sobre cómo enseñarles a las nuevas generaciones a que sepan distinguir lo bueno de lo malo, lo imposible de lo posible, y lo que debe condenarse y no repetirse”.
Luego se aprobó el proyecto, ya mencionado, que impone el nombre de María Otilia Lescano de Argañaráz a una calle del Parque Sarmiento, en una reivindicación similar a la realizada el año pasado, cuando se nombró como Sonia Torres a la rotonda de Plaza España.
Junto a Sonia Torres e Irma Molina, Otilia fue fundadora de Abuelas de Plaza de Mayo-Filial Córdoba y luchó incansablemente hasta su muerte para encontrar a nieto o nieta.
Era oriunda de Santiago del Estero, pero vivió en Córdoba. Fue docente y delegada gremial. Solían llamarla “la abuela de todos”. Murió el 21 de septiembre de 2005, a los 91 años.
Tuvo cinco hijos y uno de ellos, Justino César, «Chechi», fue asesinado el 10 de agosto de 1974 por los militares. La familia logró recuperar su cuerpo cuatro años más tarde. Tristán, su hijo mayor, pasó toda la dictadura en la cárcel como preso político. Y el 8 de julio de 1977, en Mar del Plata, fue secuestrada su hija Mercedes, embarazada de cinco meses, junto a su marido Tomás Fresneda. Otilia nunca tuvo noticias de ellos, ni del bebé que Mercedes llevaba en su vientre.