País. La nueva variedad se caracteriza por su baja estatura, su buen perfil sanitario a royas, su altísimo potencial de rendimiento de granos y su adaptación a todas las zonas productivas argentinas.
En el marco del Programa Nacional de Mejoramiento de trigo del INTA, se desarrolló la variedad de trigo pan (Triticum aestivum L.), MS INTA MDA Bonaerense 625, con hibridación y selección en la CEI Barrow (INTA-MDA) y evaluación en las estaciones experimentales de Marcos Juárez, Paraná, Pergamino, Balcarce y Bordenave y también en sitios de prueba como Pieres, La Dulce, Chacabuco y Plá/Alberti.
La nueva variedad proviene de una cruza amplia de un trigo invernal de origen europeo (SRM NOGAL) que aporta potencial de rendimiento, dos líneas élite del programa de la CEI Barrow (W99008 y W07007) con excelente sanidad a royas y SY 200 (variedad argentina de origen europeo) que aporta potencial de rendimiento y adaptación.
La nueva variedad se caracteriza por su baja estatura, su buen perfil sanitario a royas, su altísimo potencial de rendimiento de granos y su adaptación a todas las zonas productivas argentinas. Su ciclo es intermedio a corto, con muy buena flexibilidad de fecha de siembra.
Por su muy buen comportamiento general, MS INTA MDA Bonaerense 625 se encuentra en trámite de inscripción en el Registro Nacional de Cultivares (RNC) y Registro Nacional de la Propiedad de Cultivares (RCPC) del Instituto Nacional de Semillas (INASE).
Desde el organismo nacional se dijo que «durante el año 2025 estará en evaluación en ensayos comparativos de rendimiento y en multiplicación en semilleros».
«Se espera su liberación al mercado en 2026 como nueva variedad de trigo pan tipo comercial duro habilitada para su comercialización. Este cultivar se comercializará a través de un convenio de vinculación tecnológica (CVT) con la empresa Louis Dreyfus Company Argentina S.A. (Macro Seed)», se especificó.
El mejoramiento genético del trigo en Argentina ha aumentado su rendimiento y calidad como también ha logrado resistencia a las principales enfermedades que limitan la producción. Esto se concretó mediante la generación de nuevas variedades a través de hibridaciones, selección, pruebas de líneas élites, introducciones de materiales de otros países y comprobar la adaptación a todas las subregiones trigueras del país.
Para lograrlo se plantearon varios objetivos: mejorar la eficiencia del uso del agua y la radiación, consolidar la resistencia a las plagas y enfermedades, obtener variedades con mayor calidad comercial y obtener variedades con mayor resistencia a factores abióticos y bióticos.
«Se han hecho importantes avances en el programa nacional de trigo de INTA como concentrar la resistencia contra enfermedades de importancia como las royas y fusarium, avances en variedades de amplia adaptación para el sistema productivo argentino y aumento de rendimiento siendo altamente competitivo en Argentina y Uruguay», se explicó.
