Los «radicales sin peluca» dividen al bloque de De Loredo y buscan sumar fuerza para sesionar en Diputados con agenda que incomoda a Milei

País. La bancada de Democracia para Siempre pidió una sesión para el 2 de julio y sumó las firmas de Julio Cobos, Natalia Sarapura y Mario Barletta.

En medio del parate legislativo, el bloque Democracia para Siempre, que nuclea a los «radicales sin peluca» en la Cámara de Diputados, tomó la posta para motorizar una agenda que es repelida por el Gobierno de Javier Milei.

Sorprendió que en la coyuntura actual, con el peronismo absorbido emocionalmente en la construcción de la nueva etapa de «resistencia» tras la prisión domiciliaria de Cristina Kirchner, la bancada presidida por Pablo Juliano se la jugara en soledad con un ambicioso pedido de sesión para el 2 de julio, sin coordinar con otros bloques de la oposición.

El repertorio incluye temas candentes de contenido social como la emergencia de la salud pediátrica -en particular del hospital Garrahan- y la ley de presupuesto universitario, y también una controversial reforma del régimen de Decretos de Necesidad y Urgencia (DNU), según consignó Noticias Argentinas.

Este último tema es el que más preocupa al Gobierno libertario, que levantó la guardia y empezó a llamar a gobernadores para pedir auxilio y conseguir que se frustre el quórum en dicha sesión. La aventura de Democracia para Siempre refleja audacia y osadía, pero ahora deberá materializar su propósito.

Para tener éxito y obtener quórum, requerirá del apoyo de todo el arco opositor, empezando por Unión por la Patria, que es el principal banco de votos de la Cámara de Diputados con su haber de 98 integrantes.

Un dato político que llamó la atención es que en el pedido de sesión no aparecieran tampoco firmas de sus habituales socios de Encuentro Federal y la Coalición Cívica.

Como gesto de gentileza, para evitar dobles lecturas o falsas percepciones, Juliano les avisó a los jefes de bloque del nuevo «Grupo A» opositor que querían avanzar solos con el pedido de sesión, y Carla Carrizo hizo lo propio con los secretarios parlamentarios.

La explicación del por qué Democracia para Siempre eligió esa estrategia es que encontró en este pedido de sesión la oportunidad de reafirmar su compromiso con la educación universitaria y la salud pública, y dejar expuestos a sus ex compañeros de la UCR, que claudicaron en esas reivindicaciones por su sometimiento casi automático al oficialismo.

«En el tema Universidades nos toca a nosotros liderar. A De Loredo ya no le importa ese tema», explicaron a NA fuentes consultadas de Democracia para Siempre.

Este ajuste de cuentas intrarradicalismo que ya le redituó a Democracia para Siempre su primer gran triunfo: consiguió que Julio Cobos y Natalia Sarapura, ambos pertenecientes a la bancada UCR, firmaran el pedido de sesión.

Tanto el mendocino como la jujeña tienen juego propio y ya venían despegándose del bloque al que aún pertenecen (como en la última sesión en la que ambos dieron quórum). Sin embargo, hacer causa común formalmente con el radicalismo netamente opositor significa dar un paso más en este sentido.

Para De Loredo es una mojada de oreja que alimenta la interna radical. Para colmo, el también radical Mario Barletta, quien tiempo atrás se separó de la bancada originaria para armar el monobloque Unidos, también estampó su firma en la solicitud de sesión que impulsa Democracia para Siempre para el 2 de julio.

Más allá de la buena voluntad del radicalismo disidente, el escenario no está demasiado despejado: le quedan apenas 10 días por delante para sellar los acuerdos que le permitan asegurarse el quórum.

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