
País (2/8/20). El titular del Palacio de Hacienda expresó que, en ese caso, la Argentina avanzará en un «nuevo programa» con el FMI.
El ministro de Economía de la Nación, Martín Guzmán, ratificó este domingo que en el Gobierno «hay una decisión tomada» respecto a no realizar más ofertas a los bonistas privados y remarcó que, si no hay acuerdo con los acreedores, la idea es avanzar «con el FMI en un nuevo programa».
«Hay una decisión tomada, no podemos ofrecer más a los acreedores y, si no hay acuerdo, avanzaremos con el FMI en un nuevo programa y con el sector privado volveremos a hablar en seis u ocho meses, pero con una propuesta de reestructuración más profunda», aseguró Guzmán en una entrevista con Página/12.
Al sostener que, si bien se barajó la idea de alargar el período de suscripción a la actual oferta de la deuda, «la realidad es que no hay más en términos de lo que el país puede pagar año por año», acentuó.
«Hemos hecho el máximo esfuerzo posible y una oferta que es definitiva sobre la base de ese esfuerzo. Hay una decisión tomada, y es que Argentina no tiene la capacidad de poder ofrecer más de lo que ofreció», sentenció el ministro.
En ese sentido, el funcionario consideró que «seguir cediendo implicaría redefinir prioridades» como «tener que hacer ajustes sobre gastos esenciales» e «inclusive tener que ajustar en jubilaciones».
Asimismo, señaló que «la oferta está vigente y los acreedores tienen tiempo de aceptar»: «Es su decisión sacar al país de una situación de default en la que está desde finales de abril de 2018».
En cuanto al «Plan B» en caso de que los bonistas no acepten la propuesta, Guzmán señaló: «Nosotros consideramos que es mejor acordar con la oferta que hicimos que no acordar, pero como no vamos a ofrecer más, si no hay acuerdo sobre esta propuesta el camino es otro. En ese caso, lo que haríamos es retomar el programa con el Fondo Monetario Internacional pero en las condiciones que necesitamos tener».
Sobre el nuevo programa con el fondo, el titular de la cartera de Economía, afirmó: «La premisa fundamental en la que se debe basar el programa es que no hay estabilización posible sin recuperación económica. Para estabilizar la economía hay que dejarla crecer. Esto significa que no hay lugar para un esquema de política monetaria contractiva en un contexto de recesión».