España. El mandatario argentino tildó de «corrupta» a la esposa de Sánchez en el acto de Vox en Madrid.
El presidente de España, Pedro Sánchez, insistió que su Gobierno le exige una rectificación pública al mandatario argentino, Javier Milei, quien en un acto de Vox en Madrid, calificó de «mujer corrupta» a Begoña Gómez y, entre otras cosas, dijo que el «socialismo, necesariamente, deriva en esclavitud y muerte».
«Soy consciente de que quien habló ayer no lo hizo en nombre del gran pueblo argentino. España y Argentina son dos países hermanos, cuyos pueblos se quieren y respetan. Entre los gobiernos los afectos son libres, pero el respeto es irrenunciable”, señaló Sánchez, en su primera manifestación pública en medio del choque diplomático, en una intervención de un foro organizado por el diario Cinco Días.
Según Sánchez, Milei «no ha estado a la altura con sus declaraciones», pero, según los medios españoles, las palabras del presidente argentino permiten a Sánchez y al Gobierno ratificar su mensaje ideológico en esta ya campaña europea, donde plantean la contienda como una lucha para frenar el avance de la ultraderecha.
España y Argentina son dos países hermanos cuyos pueblos se quieren y se respetan. Entre Gobiernos los afectos son libres, pero el respeto es irrenunciable.
— Pedro Sánchez (@sanchezcastejon) May 20, 2024
Quien ayer habló no lo hizo en nombre del gran pueblo argentino.
Defender a las instituciones españolas de los insultos… pic.twitter.com/py62tCHfXR
De ahí a que inserten en un mismo pack a PP y Vox y planteen el voto como una disyuntiva de ellos o nosotros. «Lo que vimos ayer en Madrid -en alusión al acto de Vox-, sí habla del riesgo de lo que representa esta internacional ultraderechista para una sociedad como la nuestra, que sustentamos nuestra democracia sobre los pilares del progreso económico, la justicia social y la convivencia», alertó.
En su pronunciamiento, Sánchez realizó una apelación directa a Santiago Abascal, líder de Vox: «Lo que vimos ayer en boca de Abascal fue una apelación explícita a la violencia política. Decir que hay que sacar a patadas y gorrazos a un gobierno legítimo es antidemocrático y exige una condena rotunda por parte de todas las fuerzas políticas, los medios de comunicación y el conjunto de la sociedad».