Milei vinculó a Lousteau con el ataque a la oficina de la UCR y desató el contragolpe radical

País. El mandatario libertario relacionó los destrozos en el Comité Nacional de la UCR con el rechazo de la UBA a la auditoría de la Sigen.

Tras el ataque a la sede de la calle Alsina del Comité Nacional de la UCR, donde provocaron destrozos en el despacho del titular del partido, Martín Lousteau, el presidente Javier Milei lejos de solidarizarse echó más leña al fuego.

El líder libertario vinculó el episodio a que podría estar relacionado con la negativa de la Universidad de Buenos Aires (UBA) a ser auditada por la Sindicatura General de la Nación (Sigen).

“Tremenda casualidad”, escribió el mandatario en su cuenta de X, donde compartió un artículo alusivo a lo sucedido en la sede partidaria. Milei se pronunció de esta manera sobre el tema a través de las redes sociales al plantear sus dudas al respecto.

“TREMENDA CASUALIDAD. Justo cuando la UBA se niega a que le hagan las auditorias, a 125 (por Martín Lousteau) le entran en la oficina a destruir evidencia que podría tener la marca de sus dedos… CIAO !!!”. Y remató con su típica frase: “Principio de revelación”.

En filas muy cercana al titular de la UCR nacional, la diputada nacional Carla Carrizo pidió “que alguien asesore al presidente”, y planteó: “Hace 10 meses ejerce el cargo y no se entendió aún que sus dichos tienen consecuencias. En democracia son las formas tanto como el fondo. Esta semana lo dijo también la Justicia, revocando la sentencia que lo sobreseyó por difamar a un periodista”.

Hoy piensa que incitar a la violencia política y acusar de cometer un delito al presidente de un partido de la oposición es inocuo. No lo es y es grave que no lo sepa: Artículo 109 de la Constitución Nacional: En ningún caso el presidente de la Nación puede ejercer funciones judiciales, arrogarse el conocimiento de causas pendientes o restablecer las fenecidas”, remató «la radical sin peluca».

En el mismo sentido, la legisladora porteña Manuela Thourte criticó a Milei al afirmar que “la obsesión presidencial con Martín Lousteau le impide ver que no hay ninguna casualidad, ni para chicanas: Lousteau no tiene nada que ver con la gestión de la UBA. Grave irresponsabilidad”.